Opinión

Litigios de carnaval

UNA SENYERA —la bandera catalana— que hubo que salvar del fuego en Ribadeo, y el ya famoso y criticado, aunque desconocido en su contenido real, pregón en Santiago, muestran el elevado grado de sensibilidades también en los días de ruptura con las formalidades y las normas que representaron los carnavales. Fiestas que algunos sitúan en sus orígenes como anteriores al cristianismo. El carnaval fue válvula de escape social por unos días, frente a señores, clero y normas establecidas, para entrar en el rigor cuaresmal que devolvía a todos a la realidad. En este carnaval de 2018 intervino el presidente del Gobierno, para opinar y recriminar, el alcalde de Ribadeo, para prohibir que quemasen una senyera con un muñeco, y hasta el arzobispo de Santiago para desagraviar al Apóstol, si es que este se había ofendido con un pregón irreverente. La polémica compostelana fue amplia. ¿Se han roto barreras que no se sobrepasaban o crece la sensibilidad social y política incluso frente a actos de carnaval?

Quitas

Alargar plazos y rebajar tipo de interés son dos de las medidas que Hacienda estudia para aplicar a la deuda de algunas autonomías. Una fórmula de quita que en puro formalismo no sería tal para no provocar a comunidades que han cumplido, como Galicia. Pero en la realidad sí sería una quita, aunque lleve la calificación de "a la irlandesa". Analistas Fianancieros Internacionales estima que pasar de 10 a 40 años el plazo de vencimiento y rebajar en medio punto el tipo de interés puede equivaler a una quita del 25%. Habrá quien diga desde el cinismo, para justificar lo que no parece un trato justo e igual, que el volumen de la deuda pública, de muchas comunidades como de muchos estados, se sabe que en su totalidad es irrecuperable.

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