El DÍA das Letras Galegas cuenta con su propia liturgia para mayor gloria y satisfacción de oficiantes. Si hay un objetivo eficiente de fomentar el libro gallego y el empleo de la lengua queda dentro de la propia ceremonia. Homenaje académico —la Real Academia Galega sale de A Coruña a la localidad que corresponda— a la figura a la que se dedica el día. Manifestación para reivindicar más gallego, como si el incremento de galegofalantes o la pérdida acelerada de empleo del gallego se negociase con la otra parte de la mesa, como los incrementos salariales y otros beneficios de un convenio laboral. La música en la calle, como la que sonó en Lugo, y los libreros que salieron también a la calle son quizás la celebración que mejor llega a la ciudadanía.
El filtrador
El interés público en una presunta ilegalidad o favoritismo no radica en quién filtró la noticia. Aportar datos contrastados de normalidad o legalidad es la información a ofrecer por quienes defienden o apoyan al protagonista. Esos portavoces amigos que salen en defensa del político de turno afectado por la mala noticia. Pasó con el máster de la expresidenta de Madrid: el filtrador era socialista. Pasa ahora con la carrera o los aprobados "exprés" del señor Casado: el filtrador es presuntamente de Ciudadanos. Ese no es el tema. Claro que todos activan el ventilador para provecho propio. Claro que la filtración de noticias que perjudican a alguien, político o no, se practica para provecho o interés de otro. El partido de Rivera está en carrera desenfrenada para ocupar poder en Madrid. Pero la cuestión es si hay estiércol o no —si lo que se filtra es real o no— para que ese ventilador activado, interesadamente por supuesto, lo pueda ciscar. El interés ciudadano, el general, radica en saber si hay estiércol. Claro que activar los ventiladores en política tiene sus serios riesgos. Siempre hay donde menos se espera zonas de mal olor.
