Opinión

Pendientes de Alemania

VA A RESULTAR difícil que las bases del SPD, los socialdemócratas, en Alemania voten favorablemnte un nuevo acuerdo con la CDU, cristianodemócratas y socialcristianos bávaros, de Angela Merkel. Los equipos de Merkel y Schulz alcanzaron ya un acuerdo que han de ratificar los partidos. Alemania suma ya ocho años de gran coalición entre CDU y SPD que permitió a Angela Merkel ejercer de gran líder europea y mantener al país como gran locomotora y prescriptor —¿impositor?— económico para el sur de Europa.

Los resultados electorales de septiembre, los peores que cosechó el SPD y malos para la CDU, se sitúan en contra del acuerdo. Desaprobaron las respuestas políticas que hubo a los nuevos problemas. Una repetición de elecciones significaría probablemente un mayor crecimiento de la ultraderecha. Un temor y un riesgo. Alemania y Europa necesitan esa coalición pero con claves políticas nuevas para realidades nuevas. Hay un debate de ideas y política pendiente en toda Europa. Ni la socialdemocracia ni la democracia cristiana ha sabido dar respuesta en las ideas, en el discurso a transmitir y en la gestión, a los problemas que trae consigo la globalización para las economías de las clases medias europeas y a los problemas sociales que supone la inmigración numerosa y el añadido de los refugiados de las guerras y del hambre.

Alguien ha denunciado que los liderazgos políticos y los seminarios de formación de cuadros de los partidos se dedicaron en las últimas décadas a las técnicas y asesorías de comunicación. Sustituyeron así la formación en las ideas y el conocimiento y debate social de sus nuevas generaciones. Es una posición política, por la derecha y la socialdemocracia, que no supo dar respuesta al vacío o desemparo de sus electorados ante los efectos de la globalización y las profundas transformaciones que la acompañan.

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