Opinión

Transporte público

LA PRÓXIMA caducidad de las actuales concesiones de transporte público en Galicia ofrece la oportunidad de poner en marcha un modelo que se adapte a una nueva realidad de necesidades de movilidad en función de centros de atracción de servicios y comercio y que facilite la intermovilidad, las conexiones, en función de la demanda existente.

A esto quiere responder el plan de transporte público de Galicia que la Xunta aprobó este jueves y que, tras los diferentes pasos pendientes, como el de información pública, debe entrar en funcionamiento a finales del próximo año. Este plan es asunto de la máxima importancia en una comunidad con la dispersión de la población que existe en Galicia y con los miles de pequeños núcleos de población que la caracterizan. Hay concentraciones de servicios que los recursos disponibles exigen, además de la realidad poblacional, y que con una adecuada red de transporte público quedarán cubiertos de forma satisfactoria. Es por tanto un paso importante para facilitar la movilidad e incluso para contribuir al asentamiento de población en el medio rural y en los pequeños núcleos y su calidad de vida.

Es importante para que el transporte público se convierta en alternativa real al uso del coche privado. Para el logro de estos objetivos, interesa la calidad de esos vehículos que se destinen al transporte público. Con independencia de que se haya realizado un estudio de las necesidades antes de que el Consello de la Xunta diese salida a este plan, es a partir de ahora el momento del diálogo y las observaciones que se estimen oportunas desde los concellos a la propia sociedad civil. Carecerían de justificación las hipotéticas expresiones posteriores de malestar o protesta, sin el aval previo de haber formulado las observaciones oportunas desde el momento en que este plan se someta a información pública en el inicio del próximo año.

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