Opinión

Una cacería abierta

MÁS QUE a un debate duro la política y la vida pública española se parecen en estos momentos a un fangal del que se desconoce la extensión y profundidad. La portavoz del Gobierno ve una "cacería" política y personal abierta por PP y Ciudadanos. Habrá que separar lo que es acción legítima de oposición al Gobierno, lo que es debilidad de este, también para sacar adelante los Presupuestos, y lo que son otras acciones que cada día tratan de mancharlo todo: eso que se dice por el propio presidente del Gobierno de ataque al Estado. No es lo mismo perder una votación en la mesa del Congreso que la filtración de unas conversaciones "muy distentidas" en la sobremesa de un restaurante. En las dudas sobre las titulaciones universitarias hubo para todos los colores y liderazgos. Por tanto, PP, PSOE y Ciudadanos deberían estar interesados en aplicar luz, tomar los hilos sobre esos puntos claramente desestabilizadores por cuanto desprestigian al propio sistema, más allá de las personas. Se supone que incluso en las cloacas se respeta cierta canalización y señalización de prohibición para no ensuciarlo todo. Aquí parece que algo falló en esos conductos que se mueven por el subsuelo supuestamente para limpieza y tranquilidad de la superficie. No parece que haya dudas de que existe una amenaza de cacería abierta, incluso sobre las personas. Pero otro nivel diferente es la percepción acumulada de las debilidades o puntos flacos en cuestiones que responden al interés general, no a la vida privada o a la intimidad, de quienes ocupan puestos de la máxima responsabilidad en la vida pública. Dos ministros que dimiten, obligados, y dos ministros en la cuerda floja no es situación normal cuando un gobierno cumple sus primeros cien días. Al fondo y al tono de la portavoz del Gobierno le falló algo de autocrítica. Y las filtraciones son de cloaca, de cacería, no de interés general.

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