Opinión

El folio

Para que el PSOE tenga la fiesta completa tendrá que esperar a las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo. La victoria socialista es incuestionable y la derrota del PP y las derechas también. Lo mejor que le puede pasar a España es que PSOE y Ciudadanos formen una mayoría estable que libere la gobernabilidad de hipotecas independentistas. Hay otras fórmulas que pasan por una investidura con votos o abstención de los secesionistas y un Gobierno en solitario de Pedro Sánchez, lo cual le resultaría mucho más cómodo y efectivo que el actual Ejecutivo nacido de la moción. Debemos reconocer que a Sánchez le ha salido bien la jugada y a Pablo Casado francamente mal. Y ahora falta saber hasta donde llega la capacidad de sufrimiento popular, porque un nuevo fracaso el 26 de mayo desataría una guerra fratricida interna muy difícil de parar.

A la vista de estos resultados hay otra perdedora clara, que es Susana Díaz, puesto que la victoria de Sánchez le pasará factura. En Génova vence Rajoy a Aznar, porque el PP de Faes ha cosechado los peores resultados de su historia. Sin embargo, sería un engaño negar que fue Rajoy quien llevó al PP a esta situación facilitando esa extraña victoria de la moción tras una gestión mejorable del desafío separatista y de la corrupción que, por otra parte, ya fue descontada en elecciones anteriores en las que él mismo era candidato.

¿Dimitirá Sánchez si son condenados Chaves y Griñán? No, pero ahí empezará la recomposición de las derechas

El fenómeno de Vox y la veleta naranja han desestabilizado al centroderecha y desbaratado la suma de las derechas todas. Pero Vox, que irrumpe con fuerza en el Congreso, es una sacudida muy de Madrid y comunidades concretas como Andalucía que arrastra al PP hacia el abismo. Rivera ha dado un zarpazo en una apuesta muy arriesgada, pero no ha logrado desbancar al PP como partido de alternativa al PSOE. En definitiva, estos resultados electorales sumen al PP en una crisis de identidad sin precedentes que empezó con la resistencia de Rajoy a dimitir y su fracasada apuesta por Soraya. A ello se suma un congreso popular con primarias que no resolvieron la decadencia ni la sucesión segura y un requiebro de Feijóo que sorprendió a propios y ajenos. A la vista del 28-A, cabe esperar que Casado venda cara su renuncia, pues tiene mandato para 4 años y otra cita electoral a la vuelta de la esquina.

Lo inmediato para Sánchez es formar gobierno y, repito, lo mejor para la estabilidad de España es que PSOE y Ciudadanos recompongan la cordura. De lo contrario no se puede descartar que la legislatura sea corta, sobre todo tras la sentencia del juicio del procés y la sentencia de los ERE. ¿Dimitirá Sánchez si son condenados Chaves y Griñán? No, pero ahí empezará la recomposición de las derechas.

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