Opinión

Cuatro 'perlas' que ofenden

ALGUNOS POLÍTICOS se parecen más a actores que protagonizan esperpentos en una mala función teatral que a dirigentes responsables que deben desempeñar con dignidad su papel de representantes del pueblo. No hay día sin sorpresas para asombro, desconcierto y a veces indignación ciudadana. Ahí van cuatro ejemplos.

No hay día sin sorpresas para asombro, desconcierto y a veces indignación ciudadana

Uno. Gabriel Rufián, portavoz de ERC y socio del Gobierno, en la sesión de control del miércoles pasado habló del fascismo de "corbata, toga y uniforme" en referencia a policías y jueces. Ni mención al fascismo independentista catalán, del que él forma parte, pero sorprende más que el presidente renunciara al turno de réplica para defender a la magistratura y a las fuerzas del orden.

Dos. En la misma sesión, el vicepresidente Pablo Iglesias pintó una situación apocalíptica de las condiciones de vida en España y, ¡faltaría más!, la culpa de que haya barrios "en situaciones mucho peores que un campo de refugiados..." es del Gobierno de Mariano Rajoy.

Pero España no es la Venezuela que conoce y a él le fue muy bien en la etapa de "la ineficaz política económica del PP". "Emigró" de Vallecas a Galapagar para asaltar ahora los cielos de la casta: salario generoso, moqueta, coche oficial y escolta de la Guardia Civil que despreciaba. "En mi vida vi medrar tanto y tan rápido a una pareja como la que forman el vicepresidente y la ministra de Igualdad", decía un internauta.

Tres. El portavoz del PP en el debate de la ley de la eutanasia se opuso esgrimiendo motivos económicos de los promotores, como ahorrar a la sanidad pública gastos de atención a los enfermos en la situación que describe el texto. Se puede discrepar del proyecto de ley y defender otra postura, pero acusar de esta forma tan burda a los impulsores de esa regulación es una indignidad. Esta indigencia argumental deja en mal lugar al portavoz y al partido que representa.

Cuatro. El diputado del BNG y los diputados gallegos de Podemos votaron en contra de una iniciativa del PP que pedía la devolución del Iva a concellos y comunidades. No es extraño en Podemos, su vinculación con Galicia es nula y votan en contra de una reclamación justa para esta tierra que ahora quieren liberar de la "década negra" de Feijóo. ¡Ejemplo de coherencia!.

Pero el BNG... ¡Firmó un pacto con el Gobierno para "salvar a Galicia" y ahora entrega su voto para rechazar la moción que pedía devolver los 200 millones que le adeuda ese Gobierno! A ver como lo explican.

Cuatro perlas –hay muchas más– que suenan como insultos y ofenden la inteligencia de la gente de bien.

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