Opinión

El himno de Marta

ES UN clásico decir que esta España nuestra se valora y aprecia más viajando al extranjero, aunque sea a países con una democracia asentada y un nivel de vida parecido al nuestro.

Eso fue lo que le pasó a la cantante Marta Sánchez que sucumbió a la melancolía -la morriña galaica- en su estancia en Estados Unidos y la añoranza de su país le inspiró la letra para el himno de España que cantó en modo balada en el Teatro de la Zarzuela.

"Vuelvo a casa, a mi amada tierra" es una letra "hecha desde el corazón, llena de nostalgia y agradecimiento", que la cantante escribió como "una carta de amor, sin más, a España", antes de que se colgaran las banderas en los balcones y, por tanto, sin connotaciones políticas.

Pero lo cierto es que su presentación en sociedad coincidió con la situación política actual, con millones de ciudadanos que, en Cataluña y en el resto de España, se sienten agredidos por el nacionalismo independentista excluyente y están sedientos de mensajes de españolidad.

El independentismo catalán es una fábrica de nacionalismo español que renace en forma de grandes manifestaciones y despliegue de banderas en calles y balcones

Meses atrás se decía desde muchas instancias políticas y sociales que "el gobierno del PP es una fábrica de independentistas". Puede ser. Seguramente fueron muchos los catalanes que, por reacción contra el proceder del Gobierno abrazaron la fe en la independencia fiándose de sus políticos que les contaron las bondades y beneficios de la república independiente.

Sensu contrario, el independentismo catalán es una fábrica de nacionalismo español que renace en forma de grandes manifestaciones y despliegue de banderas en las calles y en los balcones. También es la causa del retroceso del secesionismo que refleja el último barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió, el CIS catalán, porque los conversos a esta causa ven como sus líderes reniegan o apostatan de la fe independentista ante el juez, y eso explica en parte que muchos catalanes empiecen a estar hartos de una situación que conduce a ninguna parte.

Ahora llega Marta Sánchez con el himno. Lo de menos es la letra que puede ser considerada cursi y vulgar, gustar más, menos o nada. Seguro que, como ocurre con los himnos de otros países, no representa todas las sensibilidades, pero refuerza los sentimientos de españolidad y pertenencia de muchos que recuperan orgullosos uno de los símbolos de identidad del país.

En todo caso, esa letra simple y la peculiar interpretación del himno nunca serán un instrumento de confrontación. Que, tal como está el patio político y social, ya no es poco.

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