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Pescanova acaba en la red

El fraude de la multinacional arrastra a Fernández de Sousa y a una veintena de ejecutivos

SOLO o en compañía de otros. La inquietante conclusión a la que llegó en su día la Audiencia de Madrid para condenar a un único autor por la muerte de los marqueses de Urquijo, a pesar de las incógnitas, ha pasado a los anales de la jurisprudencia española. Han transcurrido casi cuarenta años, y el enigma de aquel doble asesinato continúa, mitad leyenda, mitad folclore. Y es ahora otro juez, en este caso de la Audiencia Nacional, quien aborda con certezas la muerte anunciada de Pescanova, punto y aparte en su día de la Galicia multinacional. Al contrario del caso del crimen de los marqueses, el instructor deja claro que la macroestafa fue urdida por Manuel Fernández de Sousa-Faro en compañía de muchos otros. No estaba solo el entonces presidente del grupo pesquero.

Accionistas, familia, socios, consejeros, ejecutivos, contables, auditores... El fin de la instrucción del caso Pescanova sentará en el banquillo a cerca de una veintena de personas, además de un buen ramillete de sociedades vinculadas a la compañía. A un paso de la apertura de juicio oral, solo uno de los imputados ha visto sobreseídas las acusaciones.

Imagen para el blog de Julián Rodríguez (10/02/18)Sin duda, Fernández de Sousa acumula todas las papeletas. Es el único al que se le imputan nueve delitos: falseamiento de cuentas anuales, de información económica y financiera, estafa en relación con la captación singular de inversores, estafa en la relación con la presentación de facturas falsas a las entidades financieras, falsedad en documento mercantil, insolvencia punible, alzamiento de bienes o blanqueo de capitales, uso de información privilegiada e impedimento a la actuación del organismo supervisor. Excepto para uno de los delitos que le atribuye el juez, el de bloquear la actuación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Fernández de Sousa comparte imputación con uno o varios procesados. En el caso del alzamiento de bienes, concretamente, con su mujer.

Tras cuatro años de instrucción, el juez José de la Mata reconstruye todas las penalidades que atravesó Pescanova hasta suspender pagos y acabar en manos de los bancos, sus actuales dueños. Lo hace atribuyendo autoría a cada una de las tropelías cometidas en la gestión del grupo, y llega a aludir a "un mecanismo que funcionaría de manera análoga a los sistemas piramidales de financiación", al recurrir a más endeudamiento para afrontar los pagos derivados de su enorme deuda, en gran medida sin conocimiento exacto de los bancos. Todo un carrusel al que se le añaden facturas falsas para engordar la cuentas de resultados y lograr más líneas de descuento bancarias. En las cuentas de un solo año, el 2012, se llegaron a ocultar casi 2.000 millones de deuda bancaria, dice el juez.

En cierta medida, De la Mata lo ha tenido relativamente fácil. El magistrado apoya gran parte de sus tesis en el informe forensic de KPMG que, a la desesperada, encargó el propio Fernández de Sousa cuando presentó el preconcurso, sin calcular sus fuerzas ante un consejo de administración revuelto y mucho menos imaginar que aquello sería toda una autopsia al cadáver de Pescanova. Ese informe, que viene a ser un sesudo chequeo pericial en busca de fraudes en el que intervienen hasta detectives, es la columna vertebral de las imputaciones del juez. Y, a la postre, supone un caso práctico merecedor de ser estudiado en las escuelas de negocios cuando se aborda el mal gobierno de las empresas cotizadas.

El repaso del juez deja en un muy mal lugar a la auditora de Pescanova, BDO, la encargada de validar año tras año sus cuentas. La compañía lo hizo sin poner un "pero", sin salvedad alguna. Todo un papelón para un auditor, protagonista en el concurso de acreedores de un grupo que acabó con un pasivo de 3.650 millones. Es la prueba más que evidente del comprometido papel que desempeñan las auditoras, que también tienen su cuenta de resultados.

¿Y el papel de la banca? Quizá esa sea la parte que, como en el crimen de los Urquijo, quede siempre entre tinieblas. Se puede engañar a un banco una vez, ¿pero a todos todo el tiempo? ¿Formaba parte Pescanova de ese tiovivo absurdo que supone mantener líneas de financiación artificiales en plena crisis para no tener que provisionar esos créditos si finalmente resultan fallidos? Si hablamos de bancos y de Pescanova, ¿por qué fue en su día Caixa Galicia su mayor accionista (20% del capital) y financiador, por delante de Caixanova (5%), cuando la caja del sur jugaba en casa y se trataba de una de las empresas embláticas de Vigo? ¿Que sabía Julio Fernández Gayoso que José Luis Méndez quiso ignorar? Pescanova se hundió en compañía de muchísimos otros.

Los interrogantes del relevo en Fenosa

LO que más llama la atención del relevo en la presidencia de Gas Natural Fenosa no es la llegada de Francisco Reynés, un hombre de la casa dentro de todo lo que es el universo empresarial que pivota sobre La Caixa (Abertis, Repsol, Gas Natural, Saba, Cellnex...). Su llegada desde la división de infraestructuras, en plena venta, estaba más que cantada. A la abrupta caída en desgracia del hasta ahora consejero delegado, Rafael Villaseca, un histórico del sector eléctrico, se une la súbita e inesperada marcha de Isidre Fainé, que lo hace de noche y por la ventana, por resumirlo gráficamente. Fainé, con poco más de un año en la presidencia de Gas Natural Fenosa, retiene poder en Criteria, el holding inversor del grupo, y la presidencia de la Fundación La Caixa, que controla Caixabank. Sin embargo, no hay ninguna explicación convincente del relevo en la joya eléctrica del grupo.

Fainé, tan paciente como poderoso, sabe mucho de transiciones. A sus 75 años, este miembro del Opus Dei lo demostró cuando dio el relevo en Caixabank a Jordi Gual, también del Opus. El movimiento fue más que previsible. Casi natural.

Los mentideros catalanes solo aciertan a barruntar motivos de salud detrás del acelerado relevo de Fainé en Gas Natural Fenosa, una compañía crítica para el sector energético gallego. El grupo tiene en marcha una inversión de 200 millones en proyectos eólicos, a la vez que no acaba de despejar el futuro de la planta de ciclo combinado de Meirama, en Cerceda. Habrá que esperar al nuevo plan estratégico de Gas Natural, que firmará Reynés, para conocer el futuro de una compañía determinante en Galicia.

José Manuel Rey Varela: El reto de combatir la crisis demográfica con una nueva ley

HAY que pensar más en las próximas generaciones que en las próximas elecciones. Lo dice el conselleiro de Política Social. Difícil. José Manuel Rey Varela, que se prodiga muy poco en un puesto que no está especialmente diseñado para el brillo, sabe que el cortoplacismo es innato a la clase política. Sin embargo, pone empeño el ferrolano. Tanto, que anuncia una Ley de Impulso Demográfico para combatir esa crisis silenciosa que afronta Galicia. Rey Varela habla de "medidas valientes" de un texto que estará listo este año. Pero pocos detalles da el conselleiro más allá de aludir a la conciliación familiar y al papel de la mujer. Teniendo en cuenta la transversalidad de las medidas para combatir la despoblación, fiarlo todo a una ley parece cruzada poco viable. Hacer de Galicia un país más atractivo, crecer sin brechas de desigualdad y retener el talento que generan nuestras universidades se antojan medidas más prácticas.

Ángeles Vázquez: La hora de potenciar el Banco de Terras al margen de pactos

ENCALLADA como está la revisión del Plan Forestal, una estrategia para el monte que debería requerir tanto consenso como consistencia y perdurabilidad, quizá sea la hora de avanzar por veredas ya conocidas, aunque poco transitadas, sin que ello impida perserverar en la búsqueda de ese gran pacto. La propia comisión creada en el Parlamento para el estudio de los incendios forestales del pasado octubre nos da algunas pistas. Y es que el Banco de Terras (Bantegal) y las propias Sociedades de Fomento Forestal, conocidas como Sofor, son iniciativas pendientes de consolidación, a las que la crítica solo puede llegar por la vía de su falta de recorrido hasta ahora. Habría que preguntarse por qué. Potenciar las herramientas que Medio Rural, con Ángeles Vázquez al frente, tiene a su alcance, se antoja el camino más directo para ordenar el monte mientras no llega ese gran plan.

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