Opinión

Esperas médicas

PARA JUSTIFICAR la (teórica) mejora de la gestión sanitaria, siempre se nos dice que las listas de espera para consultas a especialistas o intervenciones quirúrgicas se han reducido en el tiempo, afirmación que pocas veces coincide con la realidad que viven y sufren los enfermos afectados, a muchos de los cuales se les siguen fijando fechas con varios meses por delante, o años en algunos casos. Y no se trata de simples catarros, sino de patologías serias, como pueden ser los problemas de corazón, y sin embargo se mantiene a los pacientes en la incertidumbre y en la angustia que ello produce en el menguado estado de ánimo de los dolientes, aguardando que se les convoque. Hay otros que aun apelando a su condición de diabéticos, que gozan de algunas preferencias, siguen igualmente sometidos a largas dilaciones para que les reciba el especialista, sin otro miramiento que la consideración de un trámite oficinesco, cuando está en juego la vida de las personas. Es habitual que se considere a nuestro sistema sanitario como excelente comparado con el de otros países del entorno europeo, pero aun así, es un consuelo baldío en tanto no se rebajen las esperas médicas a plazos razonables. Presumir de ello, raya lo temerario.

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