Opinión

Maduro para rato

LA IMPRESIÓN, a distancia, es que la oposición a Maduro se ha desinflado. Está cada vez más verde. Si no hay un milagro, hay Maduro para rato. Parecía que las protestas contra la dictadura bolivariana iban en serio, pero el presidente venezolano debe de contar con un apoyo interno mayor a su tiranía del que se presupone; de lo contrario no se explica cómo la muchedumbre que expresa su rechazo consigue aguantar, conformándose, la situación de inseguridad y pobreza que es patente a la vista de los que no miren para otro lado. El 82% de los hogares vive en la pobreza y hay un 52% de pobreza extrema. De 30 millones de habitantes, unos 4,5 millones comen una vez al día y a veces cada dos días. Semanalmente mueren entre 5 y 6 niños por desnutrición. Venezuela se convierte en el país más pobre de América Latina y se sitúa ante una emergencia humanitaria. Habrán leído este lunes en este periódico que los artículos alimenticios de primera necesidad se venden en bolsitas de entre 50 y 150 gramos, dada la escasez. Y no es óbice para que quienes defienden a Maduro, en España también, sigan considerándole como ejemplo a seguir. De manicomio.

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