A PROPÓSITO de la reordenación del tráfico rodado en determinados puntos de la ciudad, la impresión es que, en algunos casos, el Concello de Lugo improvisa en vez de planificar mediante un estudio razonado, valorando no solo los pros sino también los contras.
Por ejemplo, el cambio de sentido (no hacerla unidireccional, que ya lo era) en Río Sil, entre el cruce con rúa Conde y donde desemboca Río Eo, en dirección a la rotonda del fondo de la rúa Monforte y estación del ferrocarril, no es mala idea, porque se ahorra el desvío que desde Río Sil era obligado hacer por Conde para descender por Río Eo hasta llegar a la rotonda. Pero al crearse estacionamientos en paralelo, en vez de en línea como estaban, según Rubén Arroxo para aumentar el número de plazas, no se tuvo en cuenta el acceso a los garajes de la margen derecha, sobre todo para entrar, al quedar la maniobrabilidad muy reducida al invadirse más calzada, lo que originará atascos y un evidente riesgo.
Como también es preciso dotar de bandas rugosas a la vía para aminorar la velocidad y advertir del peligro. Todas estas deficiencias habría que advertirlas y sopesarlas cuando se ideó la modificación, para no tener que realizar a posteriori los retoques que, con razón, reclaman los afectados.
