Blog | Arquetipos

Ozu: diálogo imposible con un mundo que cambia

La editorial Gallo Nero rescata los escritos de Yasujiro Ozu, maestro del cine japonés, en una selección que descubre el pulso de su filmografía, sus ritmos, sus temas, sus formas, sus distancias. Su cine es una obra de arte que se hace visible en cada plano contenido, la sensibilidad humana revelada en lo más leve

Yasujiro Ozu
photo_camera Yasujiro Ozu

Un soplo de aire: Como tú no eres dado a escribir —tan solo guiones—, me permito presentarte a los lectores para que sepan con quien tenemos el honor de conversar. Eres el único director de cine que nos has dado un papel protagonista durante los treinta y seis años en los que te has dedicado a la profesión. Después te moriste. Dicen que el sake tuvo mucho que ver. De esto hace ya más de cincuenta años, pero nosotros, tus elementos concretos y abstractos, personificados en planos que aparentan no significar, pero que significan, seguimos existiendo en buena parte, quizá en toda o, al menos, en la esencial, gracias a ti. No nos interesan las habladurías. Acércate, siéntate a nuestro lado, hemos venido todos a ofrecerte respeto. Cuéntanos. Queremos entender. Arigato.

Lluvia: Cómo has hecho para filmarme así.

Ozu: Me pregunto qué quiero mostrar cuando te muestro, un sentimiento, algo más allá de eso. No es necesario filmar varios planos contigo cayendo sobre tejados, sobre montañas, sobre personas. Lo que quiero conseguir casi siempre es que una escena sea suficiente para que toque la sensibilidad.

Sensibilidad: Cómo consigues entonces que los espectadores se acerquen a mi y me comprendan.

Ozu: No es tanto comprender como sentir. Forma parte de una emoción callada, pero certera. Sin estridencias. No me gustan las exageraciones.

Lluvia: Si yo lluevo, ¿adónde lleva mi lluvia? 

Ozu: Cada uno irá a un rincón propio, no soy yo quien lo puede decir. Sin embargo me gustaría lograr ese viaje. Creo que con algunas de mis películas lo he conseguido, aunque temo, diciendo esto, pecar de orgulloso.

No me he aburguesado, más bien ha dejado de interesarme ese ambiente. Eran lugares en los que antes veía belleza porque sus gentes se preocupaban por introducirla en sus vidas.


Barrio popular de Tokio: Antes de la Segunda Guerra Mundial filmabas aquí, entre chimeneas industriales, humos, suciedad y pobreza. ¿Por qué cambiaste? ¿Te has aburguesado?

Ozu: No me he aburguesado, más bien ha dejado de interesarme ese ambiente. Eran lugares en los que antes veía belleza porque sus gentes se preocupaban por introducirla en sus vidas. Ahora el mundo ha cambiado, y tú y los sitios similares a ti, reúnen a personas que han recurrido a otros componentes para acompañar sus existencias. Ya no puedo sacar nada de ahí. Me preocupa transmitir algo que no veo más en ese lugar.

Interior casa: ¿Puedes decirme por qué eres tan minucioso a la hora de filmarme?

Ozu: He pasado muchas horas de mi vida casi obsesionado con la continuidad. La continuidad es básica para dar realismo a la historia. Los detalles a la hora de componer las escenas, también. No me sirve una historia que no de prioridad al contexto en el que se desarrolla, solamente puedo filmar de un determinado modo, si todo está en su sitio. En caso contrario, pierde el sentido.

Brizna de hierba: ¿Por qué sigues representándonos a nosotros si cada vez hay más elementos nuevos, si Japón se ha internacionalizado, si la occidentalización ha marcado un antes y un después? ¿O es que no te has dado cuenta?

Ozu: Lo he notado, sí. También el mundo del cine se ha transformado. Técnicamente, desde mi juventud, las cosas han dado un vuelco importante. Yo también he ido adaptándome a otro ritmo. Antes era capaz de rodar seis o siete películas al año. El sistema de estudio, por un lado nos lo exigía y por otro, nos lo permitía. No era algo fácil, pero fueron tiempos de aprendizaje que después me ayudaron a hacer el tipo de películas que quería hacer. La occidentalización es un tema que he tratado.

Mar en calma: Declaran que eres «el más japonés de los directores japoneses».

Ozu: ¿Lo dices por ti?

Mar en calma: Creo que sí, que, en general, lo digo por nosotros. También dicen que siempre fuiste un tipo agradable.

Una vez que la película se acaba, si no es exactamente lo que yo quería, me propongo hacerlo mejor la próxima vez.


Ozu: En los rodajes quizá los presentes no hayan dicho lo mismo. Soy insistente y puntilloso. No me conformo con cualquier toma, ni con cualquier interpretación. Aunque, una vez que la película se acaba, si no es exactamente lo que yo quería, me propongo hacerlo mejor la próxima vez. Algunas me salen bien.

En cuanto a ser tan japonés, no es algo en lo que piense. Es cierto que hay una visión estereotipada del mundo oriental que responde, en cierto modo, a lo que se puede ver en mis películas. Pero yo no busco la diferencia, ni tampoco la poesía. Creo que busco la verdad.

Puesta de sol de Centauros del desierto: Sin embargo lo poético está muy presente en la manera de filmar.

Ozu: Pero no lo persigo. Voy detrás de la sensibilidad. Que es esquiva. Dile a tu director que siempre lo he admirado.

Sonrisa de Setsuko Hara (actriz fetiche de Yasujiro Ozu): Nadie ha podido ponerme en este rostro como me has puesto tú. Has conseguido algo parecido a la plenitud con el gesto más contenido.

Ozu: Creo que ya he dicho que no me gusta exagerar. Hay algo, una actitud, una dignidad en la mesura. Tiene que ver también con el tono. La estridencia rompe toda posibilidad de emocionar de verdad.

Tiempo: ¿Qué puedes responder a esa crítica que afirma que siempre has hecho la misma película? ¿No crees que sería interesante abordar otras temáticas?

Ozu: Puede que sea interesante, no digo que no. Allá por los años treinta del pasado siglo, recuerdo momentos de incertidumbre, que me llevaron a hacer películas un poco distintas, a experimentar con ideas nuevas. Es verdad que tras la guerra cambié el espacio. Empecé a preguntarme qué ocurría con las familias de clase media y a alejarme de los barrios populares, pero casi puedo decir que esa es toda mi metamorfosis. Lo que me ha movido siempre ha sido el deseo de reflejar lo humano en las experiencias cotidianas. Nunca he necesitado grandes aventuras para eso. Así que quizá pueda encajar bien esa crítica.

Conocí el funcionamiento del sistema de estudios en Japón. No al estilo norteamericano, por supuesto, con mucho menos dinero, pero sí con las exigencias de producción propias de la industria


Cuando era más joven, y permitidme la digresión, únicamente pensaba en el cine. Quería ser director. Y trabajaba mucho, dormía poco y me divertía como un joven cualquiera. Mi familia no estaba demasiado satisfecha. Pero yo era obstinado y no quería otra cosa. Aprendí mucho en aquellos años del cine mudo, primero como ayudante de operador y después como ayudante de director en la productora Shochiku. Allí hice grandes amigos y conocí el funcionamiento del sistema de estudios en Japón. No al estilo norteamericano, por supuesto, con mucho menos dinero, pero sí con las exigencias de producción propias de la industria. Poco a poco fui dándome cuenta de la necesidad de equilibrar la razón comercial con la razón artística. Resulta pretencioso pensar solo en el arte. Yo prefiero hacer bien mi trabajo y, a ser posible, intento a la vez que mis películas sean rentables. Así no se enfadan en Shochiku. Para eso, escribo los guiones, muchas veces con Kogo Noda, gran guionista y mejor amigo, y después me pongo a rodar. Las ideas que nos suelen salir son cosas sencillas, pero que responden a lo que quiero contar.

Brizna de hierba: ¿Es un problema para ti el paso del tiempo?

Ozu: Un día mi padre murió. Mis hermanos se fueron todos de casa, formaron sus propias familias y nos fuimos distanciando. Yo me quedé viviendo con mi madre. No me casé. No me fui. Otro día mi madre murió y la vida que tuvimos durante muchos años se acabó para siempre. Yo seguí haciendo lo mío pero el tiempo..., el tiempo, sí, es un problema.

Tiempo: ¿Crees que puede haber ternura en la pérdida?

Ozu: Hay ternura en lo vivido. O puede haberla. Yo intento que la haya.

Lluvia: ¿Te parece que sería buen momento para llovernos un poco?

Ozu: Probablemente.

No me gustan los fundidos porque no les encuentro utilidad; al contrario, me parece que perturban una escena limpia


Chimeneas industriales: No sé bien porqué, pero este podría ser el momento de decir algo. ¿Hacemos un fundido?

Ozu: Preferiría no hacerlo. No creo —lo he comentado en bastantes ocasiones— en lo que se ha dado en llamar la gramática cinematográfica. No me gustan los fundidos porque no les encuentro utilidad; al contrario, me parece que perturban una escena limpia. Sólo los he usado una vez. El resultado no fue malo, pero siguen sin gustarme. Prefiero cortar e ir a vosotras, chimeneas.

Un soplo de aire: Como volver al pasado. A algo que ya no está.

Interior casa: De hecho, se están yendo todos.

Ozu: Así es.

Sensibilidad: Te has quedado callado. 

Ozu: Mmmm.

Lluvia: Voy a echarme a llover.

Brizna de hierba: ¿La vida es esto?

Ozu: Tal vez lo sea.

Sensibilidad: Mmmm.

Un soplo de aire: Gracias, maestro.

Comentarios