Hijos de Rivera inyectará 453 millones para abrir en 2024 su fábrica de cerveza de Arteixo

Las ventas se dispararon un 18,6% en 2022, hasta un récord de 724 millones. El beneficio se retrajo un 11,6% para evitar trasladar toda la subida de los costes de producción a consumidores y hosteleros
Ignacio Rivera. MONCHO FUENTES
photo_camera Ignacio Rivera. MONCHO FUENTES

Tras un 2022 "terriblemente intenso y complicado", en el que la Corporación Hijos de Rivera resolvió sacrificar parte del beneficio para evitar trasladar la subida de los costes de producción en toda su intensidad a la hostelería y a los consumidores , el grupo con sede en el polígono coruñés de A Grela concentra sus energías en la apertura el próximo año de la que será su segunda fábrica de cerveza, la de Morás, en Arteixo. Para ello, está inmerso en un potente plan de inversión que supondrá el despliegue de 453 millones entre 2022 y 2024. El esfuerzo ya quedó de manifiesto en 2022, cuando el desembolso alcanzó los 153,4 millones, lo que supone duplicar de largo la cifra de 2021 (+129,6%).

"Nuestra prioridad es el mercado español y tener esa fábrica el año que viene", explicó esta mañana en rueda de prensa el presidente ejecutivo, Ignacio Rivera, que desgranó los resultados y las proyecciones del grupo que fundó su bisabuelo en 1906.

Para lograr su objetivo, la corporación ha resuelto "retrasar" a 2025 el proyecto de la factoría de Araraquara, en São Paulo. La hoja de ruta preveía que comenzara a funcionar a finales de este año con una inversión de 300 millones. "Si la fábrica de Morás no está lista para 2024, tendremos un problema grave de oferta para nuestros clientes. Por eso hemos priorizado el proyecto de España", indicó el primer espada, que explicó que el hecho de que los plazos de entrega de la maquinaria se hayan "dilatado muchísimo", hasta los dos años, ha sido otra de las razones que han llevado a aparcar Brasil. Con todo, Estrella Galicia sigue "creciendo" en la primera economía de América del sur, mediante los acuerdos de distribución del sistema Coca-Cola que tiene con embotelladoras del país.

La compañía, que se reivindica como "bigcrafter", facturó 724 millones de euros el año pasado, un 18,6% más en términos interanuales. Con el esfuerzo inversor y de contención de precios, el beneficio se contrajo un 11,56%, hasta los 83,9 millones. Todo ello en un año en el que el consumo fue de récord, con 494 millones de litros de cerveza vendidos (+10%), en tanto que la demanda de agua se recuperó de la caída experimentada en 2021, con un crecimiento del 14,5% que situó en 217 millones los litros vendidos coincidiendo con la compra del 51% de Auara, que dedica todos sus dividendos a facilitar el acceso a agua potable en países en situación de pobreza extrema.

"No hemos podido ni querido incrementar nuestros precios al mismo ritmo que se elevaban nuestros costes. Nuestros clientes y el ámbito de la hostelería estaban muy tocados después de la pandemia y otro golpe no sería muy adecuado", justificó Rivera, que apuntó a un incremento de los gastos de explotación del 50%. Lo que tampoco baraja el grupo es bajar precios: "No somos una cerveza barata. Las cosas artesanas no son baratas", remarcó el empresario, que señaló que no es una opción cuando el grupo elabora cerveza "12 veces al año" mientras otros competidores la hacen "36".

DEUDA. El plan de Morás exigirá al grupo incrementar su endeudamiento, históricamente bajo, aunque el primer ejecutivo incidió en que la ratio de apalancamiento "nunca superará 1,5 veces el Ebitda" (resultado bruto de explotación), un nivel "muy razonable".

El "sentidiño" del que el grupo hace gala en el terreno financiero se extiende al proceso de internacionalización en un escenario en el que la pandemia ha dado paso, en muchos sectores, a un movimiento de localización en detrimento de la globalización. Con presencia en 76 países a través de una red de 34 filiales, el 10% de la facturación de la firma procede de la exportación. "La internacionalización cada vez es más complicada", refirió Rivera, que apuntó que, por ejemplo, el coste de un contenedor con destino a América pasó en los últimos años de costar 2.000 euros a 12.000. La estrategia para seguir ganando tamaño fuera pasa por seguir el proceso de "nacionalización" ejecutado en España, que exige lograr que los consumidores "se sientan parte del proyecto y de la marca".

Rivera avanza que contararán a 400 trabajadores

Tras incrementar un 8,3% las contrataciones en 2022, con un equipo conformado ya por 1.573 profesionales, Rivera avanzó que este año ficharán a un récord de 400 efectivos para formarlos de cara a su incorporación a la planta de Morás. La compañía, que ha escalado al séptimo puesto del ranking de las mejores empresas para trabajar de España de la consultora  Great Place to Work, presume de que el 91% de los asalariados son indefinidos.

Con el lema de "ser los más queridos y no los más vendidos" por bandera, esta compañía artesana "que se ha hecho grande", cifra en 2.416 millones su aportación al PIB español contando impuestos, salarios y cotizaciones, lo que supone un incremento del 42%. Son cifras del estudio de impacto socioeconómico elaborado por la consultora especializada Steward Redqueen, que sitúa en 51.700 los empleos entre directos e indirectos que sostiene en el Estado (+61%) y que estima que su actividad aportó el 1% del PIB gallego en 2022.

Al frente de la patronal Cerveceros de España desde marzo, Ignacio Rivera auguró que este será un año "bueno" para el sector. "La alegría de los consumidores se nota. La gente está harta de estar encerrada en su casa. Tras una Semana Santa maravillosa, huele a un verano maravilloso", vaticinó el industrial.

UN FUTURO CON MENOS ALCOHOL. Ante los estudios que apuntan a que jóvenes y adolescentes han reducido la ingesta de alcohol, Rivera admitió que el sector está "estudiando ese cambio de hábitos" que implica que, por ejemplo, las bebidas con una graduación de cinco grados estén compitiendo con la cerveza y que los mixer estén ganando terreno. Así, auguró que en el futuro habrá más oferta "analcohólica que alcohólica".

Cultivo hidropónico de lúpulo

Con la innovación como mantra, la corporación también está desarrollando su primer cultivo de cebada, de la que obtiene la malta, la principal materia prima de la cerveza. Y siguiendo los pasos del bisabuelo, José María Rivera Corral, el grupo sigue cultivando lúpulo en Galicia con "el sueño" de poder cubrir la producción de "toda la gama 1906". Y también trabaja en un proyecto "pionero en Europa", el del cultivo hidropónico de lúpulo, un método con el que se prescinde de la tierra para producir alimentos y en el que el agua y los nutrientes hacen el trabajo. Hasta el momento, los primeros cultivos se ejecutaron en una nave de atmósferas artificiales en Madrid. El presidente explicó que la siguiente fase se ejecuta ahora en Chantada, de la mano de la fillial Customdrinks y Ekonoke, a lo que seguirá la tercera en Morás y la cuarta en Brasil. Entre las ventajas figura el poder obtener "varias cosechas al año", en tanto que entre los puntos en contra está "el coste energético". De momento, el primer ejecutivo afirma estar "“muy contento y sorprendido" con las posibilidades que se abren. "Hacemos cosas tan diferentes porque somos pequeños y tenemos hambre", ironizó Rivera. 

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