Repsol 'cocina' en Móstoles los carburantes renovables del futuro

Con 230 tecnólogos de 17 nacionalidades diferentes, Repsol avanza en la descarbonización con el desarrollo de biocombustibles avanzados a partir de los aceites de fritura de los hogares y de otros restos orgánicos y carburantes sintéticos con hidrógeno verde y CO2. Antes de fin de año, una estación de servicio de Coirós dispensará combustible 100% renovable

Plataforma de prueba con vehículos en Repsol Tech Lab.EP
photo_camera Plataforma de prueba con vehículos en Repsol Tech Lab.EP

En la carrera de la transición ecológica, Repsol es un alumno aventajado. De acelerar la transición del grupo petrolero hacia un modelo multienergético se encargan los 350 profesionales —de los cuales 230 son científicos y tecnólogos de diferentes nacionalidades— que desarrollan investigaciones punteras con la ayuda de robots colaborativos (cobots) y otras tecnologías sofisticadas en el Repsol Technology Lab, uno de los complejos de I+D privados más vanguardistas de España y el más grande. Su objetivo es desarrollar los combustibles sostenibles del futuro con la mirada puesta en 2050, cuando la compañía deberá alcanzar las cero emisiones netas.

Cobot en un laboratorio de Repsol Tech Lab.EP
Cobot en un laboratorio de Repsol Tech Lab.EP

Para lograrlo, el centro de Móstoles cuenta en sus 50.000 metros cuadrados con 20 laboratorios y 35 plantas piloto en las que se recrea la operativa de los siete centros industriales que el grupo tiene en la Península y en Perú y se desarrollan los procesos que serán necesarios para que estas plantas se adapten y puedan producir los combustibles sostenibles del futuro para el transporte por carretera, mar, aire y para el sector aeroespacial. La innovación en Repsol no es un proceso cerrado, pues el Tech Lab ha urdido alianzas con centros de investigación, universidades, compañías y startups de todo el mundo.

El complejo trabaja en dos familias distintas de carburantes. De un lado, están los biocombustibles avanzados producidos a partir de residuos orgánicos como pueden ser los aceites usados de las cocinas, restos de agricultura y ganadería o la fracción orgánica de los desechos sólidos urbanos. Como explica Dolores Cárdenas, científica jefa del área de diseño de producto, por esta vía el CO2 que se emite en la combustión de estos carburantes se compensa con el dióxido de carbono que la biomasa captura mediante la fotosíntesis.  De otro lado, Repsol desarrolla combustibles sintéticos o e-fuels, producidos de forma industrial a partir de la captura de CO2 de la atmósfera con hidrógeno de origen renovable. El e-diésel y el e-jet son dos ejemplos.

Tanto en el caso de los biocombustibles avanzados como en el de los e-fuels, la clave es que no incrementan las emisiones de dióxido de carbono, de manera que no se agrava el cambio climático. Otro punto fundamental es que estos carburantes son compatibles con las motorizaciones del parque móvil actual. Otra variable de peso para la energética es la proximidad entre el centro de producción y la materia prima a la que se dará una segunda vida mediante su conversión en combustible.

Al frente del área de laboratorio Formulab, Aurora Mañas, detalla cómo su equipo se encarga de las formulaciones de productos finales y de la caracterización de materias primas para definir cuáles son las “mejores tecnologías” que cada complejo industrial puede aplicar. Desde hidrobiodiésel producido a base de aceite de cocina usado (HVO), hasta aceites obtenidos a través de la pirólisis de restos de neumáticos o de espumas y plásticos de vehículos para achatarrar, pasando por el bioetanol o el gasóleo 100% renovable, son algunos de los desarrollos. Al año, el equipo procesa entre 5.000 y 10.000 muestras y se vale de cobots, el big data y de la inteligencia artificial para ganar en agilidad en el diseño de los combustibles renovables del mañana y de otros productos. “Vamos por delante del futuro de cada complejo”, destaca Mañas.

Laboratorio de testeo del Repsol Tech Lab.EP
Laboratorio de testeo del Repsol Tech Lab.EP

Hidrodiésel en A Coruña

Fruto de esta labor investigadora, el complejo de Repsol en A Coruña produce desde 2021 biocombustible a partir del reciclado de aceite utilizado para freír alimentos en viviendas y hostelería.

En 2022, la compañía procesó en la ciudad herculina 195.000 toneladas de materia prima bio para producir biocombustibles y este año la meta es lograr un incremento del 30% para alcanzar las 265.000 toneladas. En los últimos dos años, Repsol invirtió en el complejo 7 millones de euros en diferentes proyectos relacionados con estos carburantes. Un ejemplo es el descargadero de materia prima lipídica que, con una capacidad para recibir 75.000 toneladas al año, permitirá complementar el suministro que hasta el momento llegaba en buques con el transporte en cisternas por carretera. Inaugurada en junio, la infraestructura requirió una inversión 3 millones de euros.

A los mandos del área de plantas piloto, Mercedes Ayala, recalca que, para Repsol, “la clave es la anticipación”, lo que requiere de “una fuerte apuesta” por el desarrollo tecnológico. El hito más inmediato será la inauguración, en los próximos meses, de la primera planta de biocombustibles avanzados de España en el complejo de Cartagena, en Murcia. Tendrá capacidad para producir 250.000 toneladas al año de biodiesel, biojet, bionafta y biopropano para aviones, barcos, camiones y coches sin necesidad de modificar sus motores. Y Bilbao acogerá una planta de demostración de combustibles sintéticos pionera a nivel mundial.

Laboratorio de motores

Laboratorio de Repsol Tech Lab.EP
Laboratorio de Repsol Tech Lab.EP

Para asegurar que las prestaciones de los combustibles renovables son óptimas, Repsol cuenta en su Tech Lab con laboratorios de motores en los que se ponen a prueba los diferentes productos. Para ello, dispone de plataformas de testeo con vehículos completos en las que se recrean condiciones ambientales que van desde los —18 hasta los 50 grados de temperatura; celdas de ensayo con motorizaciones convencionales de turismos, furgonetas, camiones, tractores e incluso embarcaciones y bancos en los que pone a prueba motores especiales de investigación como los que Honda diseña para las competiciones de MotoGP.  La compañía japonesa de automoción para la que Repsol produce, en condiciones de estricta confidencialidad y desde hace 30 años, los combustibles y lubricantes de la próxima temporada de MotoGP— es uno de los socios con los que Repsol colabora, al igual que la startup que diseña lanzaderas espaciales PLD Space o Navantia.

El astillero público ha certificado en sus laboratorios que biocombustibles avanzados producidos a partir de residuos orgánicos por Repsol pueden ser utilizados en sus motores —como los de las fragatas F-110 que se construyen en Ferrol— con una reducción de hasta el 90% de las emisiones. La segunda fase pasa por testar e-fuels.

Galicia dispensará combustible 100% renovable antes de fin de año

Repsol inaugurará antes de fin de año su primer surtidor de combustible 100% renovable en el concello coruñés de Coirós. Hoy por hoy, la legislación ya obliga a los operadores a comercializar carburantes con un mínimo de un 10% de biocombustibles.

En el conjunto de España, la energética cuenta con 26 surtidores que suministran este carburante totalmente ‘eco’. En Portugal, dispone de otros seis. Compañías de transporte como el Grupo Sesé o Serveto utilizan ya combustible 100% renovable de Repsol, que también tiene acuerdos con Ryanair o Iberia.

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