Tu stand es tu casa

Son las ocho de la tarde y Carolina le ha dicho a su chico que no cenará en casa esa noche. Su sonrisa y su tono de voz ya no esconcen la evidencia, está cansada y todavía queda echar el cierre a otra jornada maratoniana. Lo que apuntaba a velada romántica será finalmente un rancho con trozos de pizza y bebidas en vasos de plástico, siempre y cuando el público deje vacío el palacio de exposiciones en la que su concesionario, otra vez, ha batido el récord de ventas. Aunque lenta, la salida de la crisis económica ha activado algo el sector y tanto para ella como para sus compañeros de la sección de ventas, el Salón del Automóvil de Ocasión de Barcelona es una oportunidad a la que agarrarse con fuerza.

Cada familia que sale de su stand montada en ruedas nuevas equivale a un cuantioso bonus en sus honorarios. Además, aumenta la confianza de sus jefes y le da alas para seguir creciendo en la estructura de una empresa que jamás deja nada a la improvisación, que cuida cada detalle por insignificante que pueda parecer. Hace años que la nueva dirección apostó fuerte por el marketing directo y la atención personalizada a través de los grandes eventos en torno al mercado automovilístico. Por ello recurrieron a los mejores constructores de stands en Barcelona, capaces de convertir un concepto, una idea, en una realidad mejorada. Se trataba de que el público entrase y se sintiese a gusto, confortado y libre de hacer suyo el espacio, de palpar y preguntar cuanto quisiese sobre cada modelo.

El diseño de stands en Barcelona conlleva una dificultad añadida porque hay que resultar atractivos en la que es, posiblemente, la ciudad más vanguardista del continente, paradigma de la luz y la modernidad, urbe cosmopolita a la que cada año peregrinan miles de ejecutivos y creadores en multitud de disciplinas artísticas. Gustar en la meca del buen gusto y, más aún, destacar sobre el resto. Todo un desafío.

Más que clientes, había que abrir la puerta a nuevos amigos, el acto de compra ya se vería más tarde. Amigos, un millón de amigos como cantaba Roberto Carlos, cuantos más mejor, porque ellos harían viral entre sus conocidos esa nueva casa que haría felices a sus visitantes.

Y se logró. La marca hizo fácil lo difícil con lo que se suele llamar un corta y pega. Los jefes sabían que el concesionario real es un lugar con magia en el que su equipo juega en casa porque ha sido capaz de hacer suyo cada espacio, magnificando la cultura de empresa, proyectando un ambiente único. Asimilación, ilusión, compromiso y entrega. Una pasión cotidiana de la que contagian a cada uno de los nuevos amigos que entran por la puerta. De este modo, llevaron a su stand los materiales, texturas y colores que más fielmente reproducían la tienda original. Emularon la luz y hasta el olor. Fue como estar en casa pero con el público incorporado, mucho público, el de toda una feria.

El montaje del stand sólo les llevó un día más que al resto de expositores, y no supuso mucha más inversión. En cambio, el retorno fue sensacional, traduciéndose en buenísimos datos de impactos entre los visitantes.

Existen varias empresas constructoras de stands para ferias en Barcelona, pero sólo los mejores son capaces de tocar el cielo creando desde el suelo. Implacables, eficientes, como un ejército de hacendosas hormigas en perfecta sincronía, los montadores del stand levantaron, pieza a pieza, uno de los concesionarios de coches de más éxito de Barcelona. Daba la impresión de que podían haberlo hecho en cualquier lugar del mundo, con la exactitud propia de los monumentos replicados en Las Vegas, las superproducciones de cine o los escenarios de cuentos en los más concurridos parques temáticos.

Después de la edad y el sueldo, la siguiente pregunta prohibida en el gremio es el resultado de una semana de ventas. Tampoco era necesario porque hay cosas que saltan a la vista. Pero no faltó quien preguntó a Carolina al término de la feria por aquellos operarios uniformados que obraron el milagro de convertir el stand en una reunión de buenos amigos.

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