Manuel Añón: "La empresa es 100% familiar; me han tentado fondos, pero no abrimos la puerta"
El Industrial Manuel Añón Rey (A Laracha, 1962) es el tercero de cuatro hermanos entre los cuales él no ha sido el único en seguir el camino que abrieron sus padres, que montaron un taller de ferralla en Paiosaco al regresar de la emigración en Suiza. También apostó por el acero Mercedes, dueña de Acersa. Hombre de ideas claras y con un gran olfato para los negocios, la suya es una historia de superación que ha llevado a la Asociación Gallega de la Empresa Familiar (Agef) a entregarle el Premio Familia Empresaria de Galicia.
¿Cuál diría que es la receta para pasar de un pequeño taller a dirigir el mayor grupo familiar de distribución de acero de Europa?
Trabajar muy duro. Echarle muchas horas y hacerlo lo mejor posible dentro de lo que uno sabe.
¿Le marcó el carácter empezar a trabajar a los diez años después de ver el esfuerzo de sus padres?
Por supuesto.
¿En qué sentido?
Éramos pobres, por lo que había necesidad de tener algo. Teníamos la oportunidad de tener un taller de ferralla, que no era un negocio importante pero daba para comer y sustentar la familia. Éramos cuatro hermanos y nuestros padres tenían que hacer lo posible para mantenernos y darnos los estudios pertinentes. No había otra cosa.
Con la compra de la multinacional de distribución del acero Klöckner, el grupo crece en Reino Unido, Francia, Países Bajos y Bélgica, duplica la facturación y, además, pasa de contar con un millar de trabajadores a tener en nómina a 2.400. ¿Por qué decidieron lanzarse a una operación de este calado?
Porque se nos ofreció y vimos la oportunidad. Es un trabajo que creemos que sabemos hacer y el sol pasa una vez. O lo coges o lo dejas. Intentar crear eso es mucho más difícil que comprarlo hecho y funcionando. Son trenes que pasan una vez y decidimos subirnos.
Con acierto…
No sabemos. El resultado se sabrá con el tiempo. Es muy pronto para decir si acertadamente o no.
Cuando se llega a la dimensión de su grupo, con más de una docena de empresas, ¿es difícil continuar creciendo con capital propio para no dejar de ser un negocio familiar?
Por supuesto que es muy difícil. Seguir creciendo con capital propio yo diría que es imposible. Tienes tu red de bancos que te apoyan si cumples correctamente. Si no cumples, es un problema aparte.
¿Alguna vez lo tentó algún fondo?
Sí. Pero nunca hemos abierto la puerta porque intentamos que nuestra empresa siga siendo 100% familiar y no meter capital de fuera. Solo tenemos un socio en una fábrica en Francia, en la que tenemos la mayoría. Estamos contentos con él, pero no queremos socios en más empresas. No es nuestro sistema.
La industria mundial está bastante parada. España y Portugal están bastante mejor que el resto de Europa
Son 50 años en activo. ¿Se arrepiente de alguna decisión empresarial?
De muchísimas. Pero con lo que me quedo es con el saldo positivo. Si te equivocas y desaciertas en tres de cada diez, en siete tienes que ser positivo.
Sus tres hijos trabajan en la empresa. ¿Todos vieron claro que querían seguir con el negocio?
Eso se lo debería preguntar a ellos. Aquí están trabajando conmigo y creo que les gusta lo que están haciendo. Si no, no tendría sentido. Y, además, es su empresa.
Con centros productivos en varios países europeos, ¿cómo ve usted la situación de España para la inversión empresarial en un momento que debería ser de auge dado que siguen ahí los fondos europeos?
Sí, pero con eso solo no basta. La industria, tanto europea como mundial, está bastante parada. Hay un retroceso sobre todo en Europa, América y Asia, que es lo potente. En el mercado europeo, Alemania está bastante mal y Francia le sigue. Y aunque vamos en el mismo camino, tanto España como Portugal están bastante mejor que el resto de Europa.
¿Cómo ve el desarrollo de Galicia teniendo en cuenta el problema energético con el parón eólico?
El energético es un problema para que se asienten nuevas empresas. Y más con el parón eólico, aunque supongo que lo reactivarán.
¿Los costes energéticos preocupan a Hierros Añón?
Por supuesto, aunque no son para mí solo. Son para toda la industria. Todo el mundo tiene que acusarlos y repercutirlos en el producto final.
Cuando uno dirige un grupo que factura 1.500 millones y estuvo en la lista Forbes, imagino que ya no vestirá nunca el mono de trabajo…
Eso no es así. [Se ríe] Lo vistes más que nunca. El mono de trabajo en concreto, no. Pero trabajar, trabajas más que nunca.
¿Sigue el día a día de las empresas?
Por supuesto, es mi deber.
Tras la incorporación de Klöckner, ¿tendrá que viajar mucho?
Más que nunca en toda mi vida.
En el terreno deportivo, creo que tiene el corazón dividido…
Dividido en tres, no en dos. Tengo mi equipo, el Paiosaco, que no lo descarto nunca. Y soy del Deportivo y del Atlético de Madrid.
Está afincado en Madrid. ¿Regresa a menudo a Galicia?
Sí. Tengo empresas ahí. No hay mes que no vaya a Galicia.
Tengo el corazón dividido entre mi equipo, el Paiosaco, que no descarto nunca, el Deportivo y el Atlético de Madrid
Dígame una zona del mapa gallego que le guste particularmente.
Galicia me gusta toda, pero en particular la Costa da Morte.
¿Y si le pregunto por una comida?
La tortilla española y el cocido me encantan, pero cada día es más difícil encontrar un sitio en el que te hagan un buen cocido.
¿En Madrid es complicado?
Y en Galicia también. Cuando hablo de cocido… me refiero al gallego, ¡eh!