Profesionales de la enfermería de 26 países trabajan en la red del Sergas
Con una población cada vez más envejecida, las necesidades de cuidados sanitarios van a más y, con ello, el déficit de profesionales se agudiza. La Lei de Saúde de Galicia de 2008 permite, por razones de "interese xeral" y para cubrir "necesidades obxectivas", que el Sergas pueda fichar a un médico o a otro perfil sanitario con licenciatura —como los psicólogos— aunque no cuente con la nacionalidad española o de otro país europeo. A través de la ley de acompañamiento de los Orzamentos para 2025, la Xunta se dispone a extender esta vía a los profesionales de la enfermería, esto es, a los diplomados, con el fin de ampliar la bolsa de aspirantes.
Galicia cuenta con unos 12.700 profesionales de la enfermería en la red pública, un 27% más que hace diez años. Siete de cada diez (76%) trabajan en los hospitales y un 21%, en los centros de salud, según la radiografía del ministerio con datos de 2022. Estas cifras suponen una tasa de 4,7 trabajadores por cada millar de habitantes, ligeramente por encima del promedio estatal, del 4,6, que se eleva al 6,1 sumando al plantel que trabaja en centros privados. En el último 'Informe sobre el estado del sistema sanitario en la UE', la OCDE reitera que, pese a los aumentos del plantel, la proporción española es insuficiente, pues la media europea era en 2023 de 8,5 por cada 1.000 personas.
Hoy por hoy, en Galicia en los centros de salud, hospitales y servicios de emergencias del 061 trabajan profesionales de 26 países. Según los datos facilitados por la Consellería de Sanidade, los graduados en Enfermería portugueses son los más numerosos, pues a finales de octubre se contaban 42 efectivos. En el Sergas también trabajan 12 enfermeras y enfermeros nacidos en Venezuela, once de Perú, nueve de Colombia y siete de Rumanía. Para poder trabajar aquí, todos tuvieron que lograr previamente la nacionalidad española o de otro país comunitario.
Con la supresión de este requisito para el acceso a la condición de personal funcionario para los diplomados también se facilitará el fichaje de fisioterapeutas. Actualmente, el Sergas tiene dos titulados de Brasil en activo y uno que cursó sus estudios en Venezuela. En su caso, antes tuvieron que conseguir un pasaporte europeo.
El Sergas, que incide en que la falta de profesionales sanitarios afecta a todas las comunidades y "a toda Europa" también urge al Gobierno central a agilizar la homologación de los títulos. Y parece que el departamento que dirige Mónica García comienza a dar algunos pasos, pues a mediados de noviembre abrió una consulta pública para acelerar el reconocimiento de las titulaciones obtenidas fuera de la Unión Europea para atender la creciente demanda de especialistas en España. El foco estará puesto en las categorías deficitarias.
El sindicato Satse llama a "fidelizar" a los profesionales que se fueron a otras comunidades o países para que vuelvan
"Parécenos ben que profesionais poidan vir sen limitacións sempre e cando se axusten aos requerimentos que temos de acreditación e homologación de títulos", señala Asunción Maus, la secretaria general del Sindicato de Enfermería (Satse) en Galicia. No obstante, llama a no perder de vista que Galicia cuenta "cun montón de enfermeiras desperdigadas por outras comunidades e polo espazo europeo". A su juicio, "a primeira medida" debería ser "fidelizar" a estos profesionales con condiciones laborales "axeitadas", lo que pasa por darles "unha estabilidade mínima de dous ou tres anos para que se animen a volver".
Maus indica que alrededor de un tercio de las enfermeras generalistas de la lista de contratación están en suspensión de llamamiento por "estar traballando para outras administracións, en centros privados ou noutro país". Además, ve necesario aumentar las plazas para formar enfermeras y enfermeros en las universidades al considerar la oferta actual de matrícula "deficitaria".
"Contamos con habilidades que aquí no se tienen al venir de países algo violentos"
A sus 39 años, el enfermero Hugo Muñoz lleva algo más de tres años en Galicia, adonde llegó en busca de puesto tras probar suerte en Euskadi y en Madrid. La capital fue su primer destino cuando cruzó el charco en agosto de 2019 desde su Pereira natal, en el departamento de Risaralda. Llegó con su título homologado, un proceso que tardó "dos años y medio". "Lo hice estando en Colombia a través de un conocido que se encontraba en España", relata este profesional, que hizo las maletas en busca de mejores condiciones laborales. "Allá hay mucha sobrecarga de trabajo para el enfermero y la remuneración es escasa".
Con una especialización en enfermería nefrológica y urológica que aquí no ha logrado convalidar "porque no existe" y ocho años de experiencia en hospitalización, urgencias y cuidados intensivos, Muñoz lleva desde marzo cubriendo una baja en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (Chuo). "Llevo tres años en los que no he parado de trabajar. No hay queja", relata este sanitario, que regularizó su situación obteniendo la nacionalidad española a través del proceso exprés que el Gobierno abrió debido a la pandemia.
Tras probar suerte en una oposición en 2023 en la que le fue "bastante bien", está en el puesto 780 de la lista de contratación entre 1.175 integrantes. Para conseguir una vacante, prepara el certificado de lengua gallega Celga, además de seguir acumulando antigüedad con contratos temporales.
Hugo, que antes de lograr la residencia pasó un tiempo cuidando a personas mayores en sus casas, percibe una "diferencia notoria" a nivel formativo en la Enfermería entre España y Colombia. Estriba en las destrezas que se adquieren con la experiencia. "Por venir de países un poco difíciles y violentos, se adquieren unas habilidades que quizá aquí no las tienes porque no se ven ese tipo de emergencias en un hospital", explica este sanitario titulado por la Fundación Universitaria Área Andina, que contrapone la radiografía de su país a la de unos servicios asistenciales en el Sergas en los que "se atiende a mucha población mayor, muy longeva". En unos años en los que le ha tocado hacerse cargo estudiantes en prácticas de cuarto año, le choca "la falta de seguridad" de los jóvenes.