Solos en aldeas pequeñas, con pareja e hijos en ciudades... ¿cómo viven los gallegos?

Unos vecinos charlando en la Ronda da República Arxentina de Lugo. AÍDA SOENGAS (AEP)
Los hogares con una persona sola crecen en 85.000 en una década y son ya el 31% del total en Galicia. Solo hay más en Castilla y León

En Galicia, el tipo de hogar más común es aquel habitado por un único inquilino. Es la forma en la que viven más de 351.000 personas, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, actualizados hasta mitad de este año. Entre las autonomías españolas, solo hay más en Castilla y León. En una década, han aumentado en unos 85.000, hasta representar ya el 31% de todos los hogares gallegos.

Vivir en soledad –deseada o no– es una situación cotidiana en la comunidad. Los hogares unipersonales rebasan en dos puntos porcentuales a los compuestos por dos personas y, en torno a once puntos, a los de tres y los de cuatro o más, categorías ambas que rondan cada una, décima arriba o décima abajo, el 20% del total de 1.131.304 viviendas familiares contabilizadas por el Ine.

La tasa es aún mayor en las provincias del interior que en las atlánticas, dado que son más del 36% en Ourense y pasan del 34% en Lugo, mientras que en A Coruña rondan el 30,5% y en Pontevedra ni siquiera llegan al 29%. En cualquier caso, las cuatro quedan por encima de un promedio estatal que apenas supera el 28%.

En este sentido, el tamaño medio de los hogares de las viviendas familiares gallegas se ha reducido en cinco centésimas desde 2021, de un promedio de 2,44 personas a 2,39, frente al 2,5 de España.

Un millón de gallegos en casa llenas

No obstante, gracias a la fuerza multiplicadora de sus integrantes, lo cierto es que la población predominante en Galicia, rozando los 1.030.000 miembros, es aquella que reside en un hogar constituido por al menos cuatro personas.

En esta línea, le siguen los hogares de tres –con más de 681.000 efectivos– y los de dos –en los que viven más de 659.000–.

De hecho, la última información del Instituto Galego de Estatística, referida a 2023, situaba como el modelo de hogar más repetido en la comunidad el conformado por una "parella con fillos" censada en un núcleo de población de "máis de 50.000 habitantes", lo que equivale al 10,77% de los casos. El volumen demográfico de las ciudades manda, porque a continuación vienen las parejas sin hijos empadronadas en ellas (9,56%) y los urbanitas que no comparten piso con nadie (9,24%).

Pero, en cuanto a los hogares unipersonales, y aunque la mayoría se localizan en las siete urbes gallegas (38,8%), destaca asimismo su peso en los núcleos pequeños, puesto que el 31,6% se localizaban en pueblos y aldeas con menos de 10.000 vecinos, donde son la fórmula de hogar que más abunda, con un 25,7%. Eso sí, está casi empatada con las parejas sin hijos a cargo y apenas supera en un par de puntos a las parejas que sí los tienen.

Mujeres mayores solas

Además de este componente rural, los hogares unipersonales gallegos muestran una clara decantación por edad y sexo: según las estadísticas detalladas del Ige, el perfil de la persona que vive sola es el de una mujer de más de 65 años, que copa hasta el 36,58% de los ejemplos. 

Llama la atención que es el único tramo etario donde son más las mujeres que los hombres, de lo que puede intuirse que la diferencia en la esperanza de vida, a favor de la población femenina, influye en esta casuística.

Destaca asimismo que su número es más del doble que el siguiente grupo: el de los varones de entre 45 y 64 años.

Nuevos factores culturales

El alza de los hogares unipersonales se ha venido vinculando con el envejecimiento de la población y la longevidad femenina. Pero hoy "se suman otros procesos no demográficos, como los culturales", explica a Efe María José Rodríguez, doctora en Sociología por la Universidad de Alicante, que cita "la soltería por elección", los divorcios e incluso las parejas que no cohabitan.

Al respecto, el Ige recoge que en 2023 hubo 15.137 personas en Galicia que "deixaron un fogar". El principal motivo de esta "baixa" fue su fallecimiento (42,38%). Otro 25,78% del total fue por irse a vivir en pareja o emanciparse

Al tiempo, constata 29.120 altas, el 52,69% relacionadas con nacimientos o acogidas y el 16,29% con emparejamientos o emancipaciones.

En España son mayoría los hogares de dos miembros. Según Rodríguez, puede deberse a "la salida de los hijos" de casa o a procesos sociodemográficos como "la infecundidad voluntaria", las parejas que deciden no tener descendencia.