Tener a un estudiante en casa le cuesta 1.685 euros a una familia gallega
Tener un estudiante en casa le cuesta 1.685 euros a una familia de Galicia. Eso de media, sin discriminar por cursos o por sexo, dado que la cantidad es mayor en el caso de las chicas y, también, crece a medida que se avanza de nivel: desde los 1.299 euros que se promedia en la educación infantil se va escalando hasta los 2.841 de la educación superior.
Son los datos que aporta la Encuesta sobre el gasto de los hogares en educación del Instituto Nacional de Estadística, que por primera vez, para el curso 2023-2024, desagrega parte de la información por comunidades.
Así pues, el gasto total de los hogares gallegos en educación fue de 1.064 millones de euros en ese año escolar. Se reparten entre 631.483 estudiantes. La media de 1.685 euros es 371 inferior a los 2.056 de España. Las cantidades oscilan entre los 2.629 euros de Cataluña, los 2.470 de Madrid o los 2.257 de País Vasco en la parte superior, y los 833 de Melilla, los 985 de Ceuta o los 1.291 de Extremadura en la parte baja de la tabla.
¿Y adónde van a parar esos 1.685 euros? Tres de cada cuatro euros son para gastos del servicio educativo en sí –matrícula y clases lectivas, servicio de comedor, actividades extraescolares, clases de refuerzo...–. De hecho, dentro de estos 1.308 euros, hay 271 que se identifican como gasto medio en enseñanza no reglada, esto es, escuelas de idiomas, de artes o centros de oposiciones, entre otros.
Luego, quedan fuera 377 euros que se destinan a "bienes con finalidad educativa", capítulo que incluye libros de texto y de ayuda; uniformes, calzado y complementos; artículos de papelería y fotocopias, o productos informáticos.
Mayor gasto para las alumnas
Por otro lado, en el caso de Galicia, hay una amplia divergencia entre sexos, porque si la media para los varones es de 1.539 euros, para las mujeres se encarece 322, hasta los 1.824 euros.
En el conjunto del país, esta brecha es de apenas 10 euros, a pesar de que en algunos territorios como Canarias y Navarra se ensancha por encima de los 1.000, en el primero por el mayor coste que arrojan los chicos y en el segundo, las chicas.
Aunque el Instituto Nacional de Estadística no profundiza tanto, puede intuirse que en esta diferencia puede influir, entre otros, el mayor peso de uno u otro sexo en la educación superior.