Vientos de cambio en el BBVA

El BBVA está dispuesto a comenzar su remonte tras los años negros de la crisis, y son varias las iniciativas que están tomando lugar en la sede de la firma presidida por Francisco González para dotar de un nuevo maquillaje, más moderno y más adaptado a los nuevos tiempos, al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria.

Uno de los cambios más significativos en el BBVA está siendo el de la completa revolución tecnológica, con la que la entidad financiera española busca ponerse a la par de start-ups y nuevas empresas en la constante carrera por la innovación. Así lo explicaba un comunicado de la compañía acerca de la apertura en la ciudad texana de Dallas del BBVA Creation Center, una especie de incubadora de proyectos del banco en la que trabajarán 60 expertos en ingeniería de software, análisis de datos, experiencia de usuario y diseño.

Pocos días después, el director ejecutivo del BBVA, Carlos Torres, explicó en la convención South Summit de Madrid un poco más acerca de esta evolución de la entidad en el campo tecnológico. “Estamos viviendo en tiempos de transformación en los que la llegada de las nuevas tecnologías está creando nuevas oportunidades en todas partes, y el BBVA quiere estar ahí para ser el mejor banco posible para sus clientes. En poco más de tres años, la tecnología ha llevado a los clientes a unos cambios de comportamiento sin precedentes. Ahora esperan ser capaces de interactuar con su banco utilizando los teléfonos móviles (…) Este modelo nos permite crear increíbles soluciones, tan cómodas y sencillas que terminan transformar las vidas de los clientes”, comentó Carlos Torres en el evento en cuestión celebrado durante la primera semana de octubre en la capital española.

Pero no solo en el campo de la tecnología bancaria online se están operando los cambios en el BBVA, sino que las olas de la profunda renovación que está viviendo la compañía están llegando también a otros rincones del banco. Para empezar, el BBVA ya anunciaba el 7 de octubre el cierre de 500 de sus oficinas por toda España (aunque la mayoría de ellas se encontrarán en Barcelona y Madrid), aunque ninguno de estos cierres conllevará despido alguno de sus actuales empleados. Las 400 de Barcelona echarán el cierre como consecuencia de la integración de Catalunya Caixa, mientras que las reuniones con los sindicatos ya se llevaron a cabo para tratar el tema del cierre de las 100 restantes.

Y no solo eso, sino que hace pocos días los diarios económicos españoles también se hacían eco de las informaciones que colocaban al BBVA como la entidad financiera nacional más activa en la venta de bonos verdes. Los bonos verdes pueden ser activos de ingreso líquido o fijo con los que se busque realizar proyectos sostenibles, lo que confirma el objetivo del BBVA de realizar una fuerte apuesta por los que, hasta ahora, eran mercados (muy) alternativos para el sector bancario de España.

UN VALOR ALCISTA


Todos estos movimientos en las estrategias comerciales de la entidad de Francisco González son el principal motor del fuerte valor alcista que le otorgan muchas webs y publicaciones especializadas en inversión financiera y que, además, se puede ver reflejada en las gráficas del valor de la acción del banco en muchas páginas de inversión.

Y es que, tras tocar fondo durante el verano (las acciones del BBVA se vendieron por debajo de los 4,80 euros durante varias jornadas entre junio y agosto, en lo que fueron récords negativos de los últimos cuatro años), parece que la confianza que genera el banco español entre los inversores financieros se vuelve a retomar, y el pasado lunes 10 de octubre los precios por acción parecían estabilizarse en torno a los 5,47 euros. Probablemente, la reestructuración comercial de la compañía, su nueva orientación hacia las últimas tecnologías y su enfoque en los proyectos sostenibles son las principales razones de estos vientos positivos que imprimen fuerza a las velas del banco. Ahora solo queda por ver si el éxito de estos se mantiene o se desvanece con el paso del tiempo.