Comando para liberar a Emily Dickinson

Dickinson. EP
La quieren encerrar, pero no se puede. Ni los ideólogos ni los académicos pueden. Ni las modas de época pueden. La quieren clasificar, clavarla en un pincho como una mariposa en un cajón pero no pueden. Ella sigue viva y no se deja.

INCLUSO hicieron una serie sobre ella, no quise verla de ninguna manera. Sentí tedio anticipado. Emily Dickinson convertida en heroína comercial, empapada de tópicos del presente. Porque solo cuenta el presente y sus tópicos, no importa nada la Historia ni la Poesía. 

Y pueden manosearlo todo, convertir cualquier persona en símbolo de cualquier cosa. Pero coño, a mi Emily Dickinson que no la toquen  Es una de mis amigas más íntimas y no estoy dispuesto a que le falten al respeto. Como dijo Manuel Vicent en un artículo mítico: "Nos pongas tus sucias manos sobre Mozart"

Apenas salió de su casa pero su casa era más viva que el universo entero. Su jardín estaba lleno de ángeles, de presencias metafísicas, de larvas raras, de seres que salían de detrás de su mente, de flores que crecían y se hacían asombrosas. Todo se volvía hondo y terrorífico y entusiasta como es de verdad, cuando la mirada no se vuelve rutinaria. Y ella nunca supo lo que era la rutina. 

Quien podía confinarla, si su casa y su jardín estaban llenos de visiones, de apariciones asombrosas, de mensajes de otro mundo, de vivencias inexplicables. Si sus ojos estaban siempre llenos. Si en sus pasillos ardían hogueras como nunca se podrían levantar en todas las ciudades.

Y estaban sus poemas. Sus poemas fragmentarios y libres, sin reglas, sin academicismos, que no cumplían nada, que no se plegaban a nada, que solo se plegaba a la extrañeza y la plenitud de sus vivencias. Que se lo saltaban todo y no cumplían ninguna tradición académica porque expresaban directamente las extrañezas más íntimas. 

Y la vida más incontrolable. Por eso los académicos  no los comprendían, los directores de revista no los publicaban, y le daban consejos miserables e idiotas. Menos que no los siguió para nada y así abrió las puertas extrañas de la poesía.

Menos mal que no hizo caso de nada y vivió tan infinitamente en su cuarto como nunca lo soñarían todo los que salían a fiestas y a reuniones académicas. Sus poemas tenían el licor y la sustancia que nunca tendría los escritos de las fórmulas y de las academias. En sus escritos puso un licor que nos vuelve extraños a todos. "Saboreo un licor como nunca lo hicieron", escribió una vez.

Y eliminó como un viento todas las reglas y todas las academias. Ella sí puso furia metafísica en el lenguaje. 

La quieren encerrar, pero no se puede. Ella escapa de todas las clasificaciones y las modas. Nunca la encerrarán en una fórmula, en cuatro tópicos. Menos mal que ella sigue viva. Ella vive furiosamente libre en sus poemas libres y fragmentarios.  Ni siquiera Borges supo comprenderla, dijo cuatro chorradas sobre ella.

Y las feministas no se enteran, la quieren meter en cuatro fórmulas, cuando ella era mucho más que eso. 

Y los académicos, tal vez los peores sean los académicos. Cuando lo quieren meter todo en esquemas y en triángulos y en dioramas. Pero Emily Dickinson escapa con agilidad de esas jaulas, quién será capaz de meter ahí sus poemas.

Fragmentarios y libres del todo, sin encajar en ningún plan. Sorprendidos por cada instante, como la música de Chopin. Asombrados por la visión de cada momento. Por los espectros tan vivos y las apariciones de cada momento. 

Primitas, me piden que regrese", dice en un poema metafísico. Y se refiere a marcharse de este mundo donde no hay mas que tópicos y convenciones y esquemas académicos. Ella tenía la vida de verdad, inaprensible e informulable. Y la expresaba con sus fragmentos ingobernables. 

Pero ya sabemos que se llama cualquier cosa a cualquier cosa. Le llaman "camarada" a quien están torturando. Que hagan lo que quieran con el lenguaje. Pero que dejen en paz a mi Emilia.