Blog | OJO DE BUEY

Atraer al capital foráneo

Con varios proyectos industriales en la nevera, Galicia apenas captó el 0,5% de los 101.480 millones de euros que atrajo España desde 2020
Panel informativo en la Bolsa de Madrid. EFE
photo_camera Panel informativo en la Bolsa de Madrid. EFE

El sigiloso desembarco de la mayor teleoperadora de Oriente Medio, STC Group, en Telefónica emergiendo como el principal accionista con un 9,9% es el reflejo del atractivo que determinados sectores de la economía española tienen para el capital extranjero. Desde 2020, España captó más de 101.480 millones de euros de otros países, de los cuales 9.912 millones derivaron de operaciones registradas solo entre enero y marzo de este año. En poco más de tres años, el flujo equivale ya al 40% de los 256.049 millones atraídos en la década anterior.

Así lo reflejan los datos del Registro de Inversiones Exteriores, que recoge las operaciones declaradas por los inversores que pretenden conseguir una posición de control o influencia en la dirección o administración de una compañía. La estadística plasma la toma de participaciones en empresas que no cotizan, la compra de paquetes accionariales superiores al 10% en firmas que sí se negocian en el mercado, la constitución o ampliación de filiales y las inyecciones de más de 3 millones de euros en fundaciones, cooperativas o agrupaciones de interés económico. Fuera de esta radiografía quedan las operaciones inmobiliarias.

Según el informe 2022 Kearney FDI Confidence Index, España es el octavo país del mundo más atractivo para el capital foráneo en un ranking que encabezan Estados Unidos, Alemania y Canadá. Aunque el Gobierno ve en estas cifras la prueba de que el crecimiento económico de España en un contexto marcado por la guerra y la inflación es un gancho, al igual que el despliegue de proyectos industriales con fondos europeos, hay una doble lectura. En la otra cara de la moneda está el temor a la pérdida de control de sectores estratégicos. No en vano, en el caso de Telefónica competeal Gobierno autorizar o no a STC a alcanzar el 9,9% del capital dentro del marco impulsado en 2019 por la Comisión Europea para velar por que las inversiones extranjeras directas no colidan con los intereses esenciales de la UE.

Entre 2020 y el primer trimestre de este año, Galicia captó 521 millones, apenas el 0,5% de la inversión directa que desembarcó en España y una cota muy alejada del récord de 723 millones de 2019. A la espera de que cuajen los proyectos que Altri, Maersk, Sentury Tire, BYD, Qihe Biotech, Resonac, Universal Kraft, o Ørsted (aliado con Repsol), entre otros actores, plantean desplegar y que en gran medida están ligados a la consecución de fondos Next Generation, entre enero y marzo Galicia atrajo apenas 36 millones en inversiones extranjeras mientras Madrid (6.699 millones) y Valencia (2.031 millones) coparon 88 de cada 100 euros llegados a España. De Reino Unido procedieron 22,47 millones y de Suecia, otros 10,66.

Con las negociaciones de Abanca con el grupo canadiense Cooke de cara a la venta de Nueva Pescanova en dique seco mientras la pesquera inicia una reestructuración tras perder 53,4 millones, en la comunidad son varios los sectores con acento extranjero. Salvando las dudosas incursiones de la mexicana Pemex y la estadounidense The Ritz Carlton en Barreras y de la china Sonangol en Rodman, Shanghai Kaichuang pilota la conservera Albo; la pekinesa Citic dirige la mayor calderera española, la porriñesa Censa y el fondo Platinum Equity está al frente de Iberconsa. En la construcción, China Communications Construction Company controla el 66% del Grupo Puentes, mientras que el fondo canadiense Brookfield lleva la batuta en la pizarrera Cupa.

Con el Stellantis –con sede en Países Bajos— como bastión, en la automoción la presencia extranjera es extensa, con exponentes como Faurecia o Benteler. Incluso la principal arteria viaria, la AP-9, está en manos foráneas tras la toma de control de Itínere por el fondo de pensiones neerlandés APG.

Comentarios