Lo demás
EL 8-M ME tiene un poco harta. Me cansa leer sobre las disidencias, por ejemplo. Siguen (seguimos) algunas teniendo una tribuna gracias precisamente a lo que se celebra el 8-M, una tribuna desde la que quejarnos, desde la que disentir y criticar el 8-M. La tiene Álvarez de Toledo con su amazonía, la tiene Díaz Ayuso, por lo visto, y la tengo yo, que no entiendo a ninguna de ellas, que no las aguanto, que cuando las escucho pongo los ojos en blanco de lo mala que me ponen, pero que me alegro tantísimo de que digan lo que quieran. Me siento un poco culpable por hartarme del 8-M, la verdad. ¿Acaso no es de justicia tener un día, un mísero día, un puñetero día de nada, de celebración, de exaltación, de visibilización de cuantísimas somos, de todo lo que hacemos y, por encima de todas las cosas, de todo lo que queda por hacer? Lo es. ¿No es esto un movimiento tan necesario como respirar, al que hay que sostener como sea, pero como sea, también juntándonos en la calle? También.
Tampoco me gustan la desunión, las luchas intestinas, las críticas cruzadas. Ni la cantidad de chorradas con perspectiva de género que se organizan y que no tienen ni perspectiva, la van a tener de género. Ja. Me horroriza que, constantemente, se me racanee información sobre el trabajo de muchas mujeres dedicando el espacio público que se les da para preguntarles insistentemente sobre cómo es hacer su actividad, la que sea, escribir o investigar o pilotar, siendo una mujer. Y tengo el cuajo de horrori-zarme habiéndolo hecho yo misma y encontrándolo muchas veces logiquísimo.
Esta semana entrevisté a las Abelleira, dos hermanas profesoras de Infantil, que advierten de la ‘efemerización’ de la vida escolar. De cómo están hartas de celebrar el día de tal o cual, de hacer disfraces o manualidades alusivas y explicar a niños de tres años que no saben subirse la cremallera un eterno calendario de efemérides que no les afectan, o no mucho, o aún no. Yo tampoco quiero eso para nosotras. Quiero una fiesta, sí, que bien se merece. Pero quiero, sobre todo, lo demás.