Blogue | OJO DE BUEY

Negra Navidad en las rías

El cambio climático y la gestión de las presas lastran el marisqueo. Las lonjas despachan la quinta parte del berberecho de un año normal
Berberechos, almejas y navajas muertos en la ensenada de San Simón. EUROPA PRESS
photo_camera Berberechos, almejas y navajas muertos en la ensenada de San Simón. EUROPA PRESS

Berberecho de Portugal o Francia, almeja de nuestros países vecinos e incluso importadas de Chile o Corea del sur congeladas; navaja y longueirón de Irlanda, Escocia, Italia, Francia o Suramérica. Son algunas de las opciones que tocará servir esta Navidad después de una campaña nefasta para el marisqueo gallego. Todo lo que pudo salir mal salió mal y lo peor es que algunos de los factores en juego tienen difícil solución.

Las cifras son desoladoras. Si entre 2010 y 2022 por las lonjas gallegas pasaron una media de 2.346 toneladas anuales de berberecho. Entre enero y noviembre de este año fueron solo 466, esto es, menos de una quinta parte. Desde 1997, cuando arrancan los registros de Pesca de Galicia, no existe un dato peor.

Entre las almejas, la japónica —la especie foránea que desde 2006 se ha ido consolidando como la variedad de mayor producción en las rías— se mantuvo hasta noviembre ligeramente por debajo de los niveles de 2022 (-0,45%), con 1.810 toneladas que pasaron por las rulas. Entre tanto, el desplome de las especies autóctonas se ha agudizado. En lo que va de año apenas se han recogido 192 toneladas de babosa, un 23% menos que en el mismo periodo del año pasado, que no fue demasiado bueno. Es un dato histórico por nefasto, al igual que el registro de la almeja fina, con solo 139 toneladas en once meses, lo que supone una caída del 39%. Y todo ello en un mes de diciembre que será negro por la mortandad del marisco cuando debía ser el de más ventas del año.

Las intensas lluvias de octubre y noviembre sumadas a una temperatura del agua inusualmente elevada, la acidificación de los océanos y la falta de viento del ‘nordés’ que restringió los afloramientos con los que penetran en las rías nutrientes de aguas oceánicas más profundas se conjuraron para lastrar a un sector al que la apertura de embalses como los del Tambre o el Ulla en las últimas semanas ha dado la puntilla al rebajar más la salinidad. En resumidas cuentas, a los cada vez más palmarios efectos del cambio climático se suma una actuación de las energéticas que requiere de un mayor control. El resultado: mucho bivalvo muerto y crías sin desarrollar.

Ante una estampa que se extiende desde la ría de Vigo hasta la de Muros-Noia, la Consellería do Mar pedirá al Gobierno central de la declaración de zona de emergencia. Luego, tocará planificar el resembrado con biólogos, analizando parámetros como las variedades más resistentes. Pero colectivos como las cofradías de Muros, Noia y Arousa piden a Augas de Galicia dar otro paso: que los desembalses se efectúen en comunicación con el sector para acompasarlos con las mareas altas.

En la cofradía de Noia, en la que cerca de 390 personas —mujeres en un 80%— tienen permiso de marisqueo a pie, en tanto que unas 430 embarcaciones lo realizan a flote, 2023 será recordado como un año negro en el que los primeros pudieron trabajar apenas diez días en octubre y los segundos, once. Ha sido la campaña más corta de la historia, lo que se ha traducido en un Erte que afecta a 69 trabajadores del pósito. Para tratar de recuperar un medio del que viven cientos de familias, la propia cofradía ha solicitado el cierre de los bancos ante el desplome de las capturas, una medida que se aplicará hasta finales de año, con posibilidad de extenderla hasta abril. El plato fuerte de la ría es el berberecho, al concentrar el 55% de la producción gallega. En la lonja de Noia, las ventas alcanzaron los 6,5 millones de euros en 2022. A falta de un mes para que acabe 2023, van solo 467.500 euros.

Los efectos económicos no se limitan a los trabajadores del mar, se extienden a toda la cadena de cetáreas, depuradoras y distribuidores en un 2023 en el que la caída del consumo de productos del mar se ha consolidado con la inflación.

Comentarios