VuELve

PRETENDIDO MACHISMO aparte, es muy significativo el cartel con que Podemos anunciaba la vuelta de Pablo Iglesias tras su permiso de paternidad y para sustituir a su pareja Irene Montero, que a su vez lo había sustituido a él. Ese cartel es o era una verdadera entronización del líder o –vaya por Dios– del caudillo. De espaldas, puño en alto, arengando a las masas, ÉL vuelve. Difícil en estos tiempos encontrarse con un mensaje político menos moderno, es decir, más carca. Y lo de una pareja "sentimental" como máximos dirigentes de un partido está en la línea de los Kirchner argentinos o, mutatis mutandis, los Ortega nicaragüenses. Todos de izquierdas y, jajá, muy modernos.