Opinión

Bienvenido el Año Santo

Personas haciendo cola para pasar por la Puerta Santa. XOÁN REY EFE
photo_camera Personas haciendo cola para pasar por la Puerta Santa. XOÁN REY

EL JUBILEO compostelano se celebra cuando la fiesta de Santiago Apóstol coincide en domingo, lo que sucede en un ciclo irregular con períodos de seis, cinco, seis y once años. Este 2021 es Año Santo, se inauguró con contenida pompa y circunstancia y disfruta de las mismas prerrogativas que el Año Santo Romano: cumpliendo los requisitos fijados por la Iglesia, se obtiene la remisión de los pecados y se gana indulgencia plenaria. ¡Cosas de creyentes, que dirían algunos!

Los peregrinos al grito de "Ultreia et suseia" deambulan ya por el trazado de las estrellas, caminan sobre una tierra llena de resonancias, recuerdos, historias y esperanzas de miles de años, buscan algo que los lleve más allá del final del camino y les resulta difícil trazar una línea clara y precisa de demarcación entre lo interior y lo exterior. El verdadero Camino se hace buscando algo (para distraerse o hacer deporte hay otras maneras) y da para todo, especialmente para meditar, hacer planes, interiorizar experiencias…

"Europa se hizo peregrinando a Compostela" (Goethe) y a lo largo de más de un milenio se creó la primera red de comunicación, de religión, economía, ideas, cultura, arte y pensamiento. Un referente de lo que tenía que ser la construcción del espacio común europeo: múltiples sendas, fronteras, lenguas y culturas en el contexto de un solo camino.

En época contemporánea, la Xunta entendiendo que lo que es bueno para la capital puede serlo también para toda Galicia inventó el Xacobeo, y si el Camino es cultura, religión, turismo, eventos, economía, historia e imaginación, el Xacobeo se ha convertido en su apoteosis. Así, se ha hecho un esfuerzo notable por reparar las rutas, dotarlas de infraestructuras, coordinarse con otras autonomías y con el Estado e implicar a las poblaciones del itinerario donde se programan ambiciosas actividades lúdicas y culturales. Todo esto ha facilitado sin duda el incremento de la peregrinación y de visitantes, pero tampoco esto está exento de riesgos sobre todo para Santiago de Compostela, ya que la llegada masiva de visitantes puede diluir su identidad y convertirla en un parque temático lleno de hoteles con encanto y tiendas de recuerdos.

El Año Santo será para muchos tiempo de conversión y como afirmaba Julián Barrio, arzobispo de Santiago, «para testimoniar al mundo actual la fe, la esperanza y el amor al Señor». Para Galicia será también ocasión para empujar su PIB , y dedicar el incremento para acometer el milagro de la resurrección de la crisis, pero también para incentivar la necesaria transformación de la economía, apoyando y dinamizando los sectores productivos vinculados a la investigación, el desarrollo y la innovación.

Sin duda se plantean otras oportunidades como divulgar la riqueza de valores del Camino e impulsar su papel como factor regenerador del territorio, preservando su belleza como bien natural, cultural y patrimonial mediante una nueva concepción cuidadora y no depredadora del paisaje. Así como invitar al diálogo en torno a este Gran Itinerario Cultural Europeo y promover el patrimonio cultural jacobeo como fuente de inspiración para la creación artística.

"Después de un año como 2020 todos necesitamos un Año Santo", pero esperemos que ojalá sea un tiempo que nos despierte (también a las instituciones) la capacidad para ver lo esencial en medio de lo prescindible.

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