Rascacielos gallegos

A Coruña. EFE (ARCHIVO)
El arquitecto Pedro Torrijos visitó la semana pasada A Coruña, que por si no lo saben es la ciudad más alta de España, con 5,1 plantas de media por edificio —le siguen Barcelona (5,0) y Benidorm (4,8)—. La elevada ciudad herculina fue el escenario ideal para que el afamado proyectista defendiese el crecimiento vertical como el más sostenible. Y —añado yo— el más necesario en una época, como la actual, de carestía de vivienda. Porque hoy se construyen barrios enteros de tres pisos en los que, con seis, se alojaría al doble de familias. Quizás sería necesario volver décadas atrás, cuando se levantaron los últimos rascacielos de Galicia.