Reinventar las estrellas
Fue la artífice del renacer pop a comienzos de la década pasada y provocó un terremoto en el mundo artístico, obligando a subir el nivel de la industria y el resto de artistas. Si en cada década alguien cambia el rumbo, en el siglo XXI, Lady Gaga reinventó cómo ser una estrella. Para comprender el fervor de sus seguidores, llamados little monsters (pequeños monstruos), se necesita entender y asimilar la extravagancia y la filosofía de la cantante. La provocación fue su carta de presentación, aunque la dimensión de su figura no puede reducirse a algo que ella misma ha dejado en el pasado. Sobre todas las cualidades, la empatía es su valor más efectivo, bien a través de su música, bien a través de su firmeza ética.
Nació en el seno de una familia de ascendencia italiana, la historia clásica de una ciudad como Nueva York. Sus padres trabajaban por turnos y fueron medrando económicamente siguiendo el mito del esfuerzo, acumulando turnos y turnos. Llegó al mundo como la primera de dos hijas y recibió el nombre de Stefani Joanne Angelina Germanotta. En aquella época, vivían en el Upper West Side, un barrio opulento que para ellos no poseía el mismo glamour al ser de clase trabajadora. Asistió al Convento del Sagrado Corazón junto a las hermanas Hilton, entre otras, y vivió su infancia dentro del catolicismo.
La formación musical de la niña comenzó a los tres años, después de que su madre apreciase una fijación por estar cerca de los pianos. Golpeaba las teclas, aunque con sentido. Entonces buscaron una profesora particular y dieron una oportunidad a su hija. En las siguientes Navidades, su padre le regaló un álbum de Bruce Springsteen, en el cual figuraba Thunder Road, y le propuso un trato: "Si aprendes a tocar esta canción, pediremos un préstamo para comprar un piano de cola". Las partituras estaban preparadas para guitarra, pero eso no la detuvo. Con mayor esfuerzo, lo logró. La canción sigue siendo una de sus favoritas.
Durante el instituto, la cantante destacaba tanto por ser una estudiante muy aplicada como por la extravagancia de su aspecto, de sus opiniones o de sus gustos. Esta combinación la alejó del resto durante años. Desde los 14 años ya se paseaba por certámenes de micro abierto interpretando versiones rock, por lo que se situaba por encima de la media. Mientras los profesores dictaban, ella canturreaba por lo bajo y generaba burlas. "Volvía de la clase de gimnasia y encontraba insultos garabateados en mi casillero. Eso se queda contigo", ha explicado sobre el acoso recibido.
A los 15 años, después de aparecer en Los Soprano en un cameo, aceptó que también el arte dramático podría ser una posibilidad para ella. Sin embargo, el objetivo de su vida era cantar. Después de no funcionar en ninguna de las audiciones a las que se había presentado, optó por formarse. Su madre la convenció para estudiar Historia del Arte, Religión y Política en el Tisch School Arts, en el Collaborative Arts Project 21 de la Universidad de Nueva York. A los 17 años, después de la secundaria, se independizó e inició a la vez una etapa oscura en su vida.
Aunque primero pasó por una residencia, al dejar la casa familiar, fue a vivir en un apartamento enano y que dejaba poco dinero sobrante para dedicarlo a comida, por lo que recorría los restaurantes preguntando por las sobras. Eso sí, al menos en Manhattan. Con su primer sueldo de camarera decide comprar un bolso Gucci y otras decisiones desacertadas también se interpusieron en su camino. Hundida en una nueva soledad y un acoso escolar más adulto y dañino, desarrolló anorexia y bulimia.
Un pacto con su padre
En 2004, después de dos años, abandonó la universidad para dedicarse por completo a la música. Tenía el margen de un año por un pacto que había alcanzado con su padre. Si en ese tiempo no daba el mínimo atisbo de éxito o viabilidad, debía retomar los estudios. Entonces, buceó en las aguas de la industria musical y del entretenimiento. Para trabajar en sus primeras melodías y letras recogió todo el dolor sufrido en el pasado, especialmente el aislamiento y los abusos de sus compañeros de clase. La superación y el amor propio sin cursilerías tomaron forma hasta convertirse en música.
Atrajo la atención de un productor pequeño logró salvarse de regresar a la universidad. Se había mudado al primer apartamento de la calle Rivington cuando grabó las primeras canciones en el verano del 2005, para acompañar el libro infantil The portal in the park: Cricket Casey. En esa época formó parte del grupo SGBand (Stefani Germanotta Band) con algunos compañeros de la universidad, y logró tener sus primeros fans interpretando versiones de Led Zeppelin.
La banda tocaba en Greenwich Village, por lo que fue cuestión de tiempo encontrar un productor de más peso. Lo encontraron. Así, la banda vendió sus EPs Words y Red and Blue. En cierto modo, se introdujeron en un círculo underground. Ese pequeño éxito les permitió ser invitados a eventos y dar pequeños conciertos.
Sin embargo, la joven cantante se pasaba los días encerrada en el estudio, tanto componiendo como drogándose y bebiendo. Con 19 años, un productor abusa sexualmente de ella en una de estas sesiones y se repite en varias ocasiones más. "Ni siquiera era capaz de admitir que me hubiera pasado. Él era 20 años mayor que yo”, explicó en una entrevista en 2014. Debido a esto, Lady Gaga vive con estrés postraumático, fibromialgia y dolor crónico.“La persona que me violó me dejó embarazada en una esquina de la casa de mis padres porque estaba vomitando y enferma”, relató también.
Un nuevo nombre
Después del incidente, regresó al hogar familiar durante una temporada y ya en 2006 el productor Rob Fusari fichó a la joven y ordenó disolver la banda. La cantante comenzó a moverse a Nueva Jersey por trabajo y mientras componían las armonías musicales, la canción Radio Ga Ga de Queen los acompañaba en todo momento. «No vuelvan a llamarme Stefani», le respondió ella cuando recibió un mensaje con las palabras Lady Gaga. Esta historia, pese a su fama, fue una campaña de marketing posterior. La relación profesional de ambos no resultó muy fructífera. Lograron un contrato mayor en 2006 con un sello más fuerte, que apostaba por el carácter provocador de Gaga. Tres meses después, fue despedida y volvió con sus padres. Cayó en depresión y se agravó su consumo de drogas.
Después de descubrir el burlesque, vivió una temporada como gogó en bares. Vestía poco más que un bikini. Su padre desaprobaba esa vida y durante meses no la miró a la cara. “Estaba en el escenario cantando canciones sobre sexo oral. Los chicos gritaban y festejaban y luego íbamos todos a tomar una cerveza. Esto representaba la libertad para mí. Fui a una escuela católica, pero fue en la clandestinidad de Nueva York donde me encontré a mí misma”.
Encontró en el medio del caos a Lady Starlight, otra aspirante a artista que buscaba llevar la electrónica de nuevo al gran público. Juntas montaron un show que combinaba el rock de los 70, el glam, el burlesque y un pop de honda influencia dance. Su impacto fue notable y en 2007 dieron el gran salto en un histórico concierto en Lollapalooza. Así, la discográfica Interscope fichó a Gaga y ella empezó a escribir para artistas como Britney Spears o Fergie.
El talento de la joven era tal, que el propio sello buscó uno más pequeño para que trabajase directamente con Akon, un productor. Junto a él y RedOne dieron forma a las primeras canciones de su discografía. Buscaban un electropop bailable que llevase al mainstream lo underground, y no al revés.
Una vez finalizada su mudanza a Los Ángeles y la fundación de Haus of Gaga, basada en The Factory de Warhol, su primer disco vio la luz. The Fame llegó en 2009 y su éxito inicial fue mínimo. Apenas daba conciertos en discotecas gays de Europa y actuó como telonera de New Kids on the Block. Sin embargo, muchos meses después, su canción Just Dance alcanzaba el número uno de varios países al haberse convertido en un éxito durmiente.
Mayor fuera la relevancia alcanzada después con Poker Face, el primer hit absoluto de su carrera y considerada una de las grandes canciones pop de la primera década de los 2000. Gracias a ambos temas, Gaga consigue sus primeros premios Grammy. En ese momento recibe la etiqueta de estrella en ascenso y logra sacar adelante su primera gira en solitario. Entre concierto y concierto da forma a una revisión de su disco de debut. Ahora ahondaría en la parte oscura y siniestra de la fama, los monstruos que viven debajo del sueño. Así surgió The Fame Monster, un EP fundamental para la música contemporánea y el pop, especialmente el más electrónico. Este trabajo supone un punto de inflexión. Entre los ocho temas que componen el trabajo se encuentran Bad Romance, Alejandro y Telephone, himnos que colonizaron globalmente todas las radios y servicios de distribución del momento. La dominación de Gaga era absoluta. No solo importaba la música, su estética se diferenciaba por encima del resto de cualquier otra estrella. Los números 1 en ese momento se contaban por decenas.
En especial, Bad romance convirtió a Lady Gaga en la primera persona en recibir más de 200 millones de visitas en YouTube y en ser el único canal entonces con más de 1.000 millones de reproducciones. Ella sola había generado una nueva industria del videoclip al recuperar la imagen como un elemento clave y artístico en la música, no solamente un medio de expresión más. Parte fundamental fueron las redes sociales, en donde reinó con libertad gracias a su cercanía. En cierto momento se convirtió en la persona más seguida de Twitter, con más de 13 millones de fans.
Asociada con la alta costura
Su imagen extravagante pronto se asoció a la alta costura y Armani Privé, Atsuko Kudo, Louboutin, Alexander McQueen o Jean Paul Gaultier pasaron a vestirla con frecuencia, función que monopolizaría Versace casi al completo después. Para dar lugar a su estética, muchos comparan su visión como el punto medio entre Bowie, Madonna y Marilyn Manson; aunque la originalidad de Lady Gaga se emancipa de comparaciones y ha logrado concentrarse por sus propios medios.
A estas alturas, la cantante ya había cumplido con las tres grandes polémicas que en la cultura popular te convierten automáticamente en una estrella: acusación de satanismo, ataques de la Iglesia católica y rumores de transexualidad. Además, los titulares retrataban sus andanzas intentando exprimir cada día. Desde el vestido de carne en los premios VMA a la creación de Jo Calderone, un alter ego masculino, o el posicionamiento a favor del colectivo LGTB en cada discurso.
El estrellato de Lady Gaga forzó al resto de la industria a elevar su nivel y buscar nuevas fórmulas estéticas, compromiso político y sonidos más innovadores. En cierto modo, fue el disparador para que sus coetáneas mejorasen, porque los hombres no formaban parte de la fórmula. Así, Katy Perry, Rihanna, Beyoncé, Kesha o Nicki Minaj se transformaron al mismo tiempo.
El segundo álbum de Lady Gaga fue lanzado en mayo de 2011 bajo el título de Born this way. El disco se convirtió en un éxito. Además, los reconocimientos se sucedieron y la gira gozó de aceptación en todo el planeta. Su sonido electrónico, ecléctico y muy europeo se combinaba con fuertes promesas políticas. Judas o The Edge of Glory son otras de las canciones exitosas.
Recuperó a Tonny Bennet
Tiende un puente al público más tradicional con otras colaboraciones, aunque se recuerdan las realizadas con Elton John y, especialmente, Tony Bennett. Esto le resultará útil cuando busque refugio años después, tras el fracaso del lanzamiento del tercer disco, Artpop. Vendió millones de copias; sin embargo, es su obra menos cohesionada y con una producción tan magistral como fría. Para reponerse, recuperó a Bennett y grabaron un disco de dúos de jazz. Este contacto con otro público le sirvió de inspiración y se hizo visible en otro tipo de escenarios.
Tras coquetear con la televisión y ganar un Globo de Oro como actriz, realizar un homenaje a Bowie y ser nominada al Oscar, lanzó Joanne, su cuarto álbum y un homenaje a su tía fallecida. Recuperó el puesto número 1 en listas con un disco de fuerte influencia country y lejano de lo publicado previamente. Al año siguiente, diseñó y actuó en el intermedio de la Super Bowl en un espectáculo recordado como uno de los mejores. Consiguió alzarse con el Oscar a mejor canción original gracias a Shallow, parte de la banda sonora de la película Ha nacido una estrella. También protagonizaba la cinta y recibió reconocimientos como actriz en la que fue la décima película más taquillera del año.
Pese a la pandemia, Lady Gaga no retrasó su siguiente disco más que unas semanas. Chromatica corrió la misma suerte que Artpop, pese a la calidad y la experimentación de su producción, otra vez cercana a la electrónica. Para recuperarse, recurrió de nuevo a Tony Bennett y un disco de dúos de jazz, esta vez de Cole Porter, titulado Love for sale.
Después de una difusa temporada musical y un rumbo desorientado, una de las mayores estrellas de nuestro tiempo regresó con una potente balada, Die with a smile, junto a Bruno Mars. Poco a poco, la canción creció hasta ser un nuevo éxito durmiente en la carrera de la cantante. Para frenar el batacazo que supuso su participación en la secuela de Joker, Lady Gaga estrenó su más reciente trabajo, Mayhem. En este disco recupera su primer sonido y no renuncia a nuevas exploraciones. La buena recepción ha vuelto a colocarla en el centro del sistema mediático y musical. Sin duda, Lady Gaga es una pieza clave a la hora de estudiar los últimos 30 años del pop y, en general, de los estilos más populares. Su función como catalizador de m