El líder global de la eólica marina Ørsted descarta su plan gallego

Tras sufrir pérdidas millonarias en 2023, el grupo danés renuncia a sus proyectos en Noruega, Portugal y España, lo que pone en el foco la alianza en Punta Langosteira con Repsol. La energética española reafirma su "compromiso" con el puerto exterior de A Coruña
Parque eólico marino.Orsted
photo_camera Parque eólico marino. ORSTED

La energética danesa Ørsted anunció este miércoles que tira la toalla y abandona el desarrollo de la eólica marina en Noruega, Portugal y España, además de avanzar el recorte de entre 600 y 800 empleos, esto es, de hasta el 9% de su plantel de 8.900 trabajadores, incluyendo 250 despidos a nivel global. El eco del anuncio resuena en Galicia, pues el pasado junio trascendió una alianza con Repsol para desarrollar eólica flotante frente a las costas gallegas y lusas y la firma de un acuerdo de intenciones con la Autoridad Portuaria de A Coruña para utilizar Punta Langosteira por su carácter estratégico de cara al desarrollo, construcción, operación y mantenimiento de los futuros parques. Ahora, Ørsted da marcha atrás después de un 2023 en el que la firma registró unas pérdidas netas de 20.182 millones de coronas danesas (unos 2.705 millones de euros al cambio).

Los números rojos llevan a la compañía líder mundial en eólica marina a replegar velas recortando inversiones y empleos, además de restar "prioridad" a sus planes en Japón y planificar "un desarrollo más ágil" de los aerogeneradores en el mar y las tecnologías de almacenamiento energético. La junta directiva ha aprobado un plan de negocios con el que reduce sus expectativas al aspirar a alcanzar una capacidad instalada de entre 35 y 38 gigavatios (GW) en 2030 frente a los 50 previamente planificados. Ahora tiene instalados o en construcción 24,1 GW, de los cuales 15,5 están desplegados en el mar, otros 6,4, en eólica terrestre, 2,1 en plantas de bioenergía y 0,1 GW en tecnologías ‘power to X’, esto es, de almacenamiento energético.

La compañía se vio lastrada por la cancelación en noviembre de dos proyectos de eólica marina en Estados Unidos, lo que provocó un deterioro de activos por valor de 3.807 millones. En esta tesitura, Ørsted reducirá en 35.000 millones de coronas (4.692 millones de euros) los gastos de capital en los próximos tres años, venderá activos por 115.000 millones (15.415 millones de euros) hasta 2030 y suspenderá el pago de dividendos hasta 2026.

Tras la desbandada de su socio —que fue pionero en el aprovechamiento del viento en el mar al poner en marcha en 1991 el primer parque eólico marino del planeta, el de Vindeby, en Dinamarca—, Repsol incide en que "mantiene su apuesta por la eólica marina flotante". "Reafirmamos nuestro compromiso con el Puerto de A Coruña como enclave estratégico para el futuro desarrollo" de esta tecnología, señalaron a AGN fuentes de la energética española. La compañía sostiene que la eólica offshore jugará un papel "relevante" en el futuro para "lograr los objetivos de descarbonización a nivel global y, por supuesto" en la península. En junio, Repsol manifestaba que su objetivo era alcanzar los 6.000 MW renovables instalados en 2025 a nivel mundial y los 20.000 en 2030. El acuerdo con Ørsted contemplaba que los socios utilizasen "de forma temporal" Punta Langosteira durante las fases de montaje e integración de los aerogeneradores, bases flotantes y otros componentes necesarios para los proyectos que lograsen impulsar.

En España, el desarrollo de la eólica offshore sigue pendiente de que el Gobierno central apruebe la regulación que debe definir el proceso de autorización de las instalaciones y el calendario de subastas de potencia. Además, la planificación de las zonas que admitirían molinos ha sido recurrida ante el Supremo por la Plataforma en Defensa de la Pesca y de los Ecosistemas Marinos.

CONTRATO CON NAVANTIA. Los lazos de la energética danesa con Galicia van más allá. El pasado julio, anunció con PGE —el mayor proveedor polaco de electricidad— la contratación de Navantia Seanergies y la asturiana Windar para la construcción en las instalaciones de Fene de 77 monopiles destinados a un parque en el Báltico. La previsión es que los trabajos arranquen este verano y generen unos 450 empleos. Salvo cambio de guion, no se prevé que el recorte en la inversión de la firma danesa repercuta en la contratación de componentes, pues el repliegue anunciado ayer se limita a su papel como promotor frente a las costas españolas y lusas.

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