Los nuevos jubilados gallegos tienen la pensión media más baja del país

Los 1.438 ciudadanos que se retiraron en julio cobraron unos 1.217 euros de media, la cuantía más reducida de España. El gasto mensual en pensiones superó en septiembre los 791 millones de euros en la comunidad
Personas mayores, en el mostrador de una carnicería.RAFA FARIÑA.DP
photo_camera Personas mayores, en el mostrador de una carnicería.RAFA FARIÑA.DP

A la espera de que el dato del IPC medio anual que se alcance en noviembre permita determinar en qué medida se actualizarán las pensiones contributivas en enero —por ahora la inflación entre diciembre de 2022 y el pasado agosto ronda el 3,9%—, el gasto mensual sigue batiendo récords. Según la Seguridad Social, cubrir los más de 10 millones de prestaciones contributivas exigió un desembolso de 12.051,4 millones en septiembre, lo que supone un incremento del 10,9% en términos interanuales.

De esa cantidad, 791 millones fueron para cubrir las 773.177 prestaciones abonadas en Galicia, que copa el 6,6% del gasto. Y, más en concreto, siete de cada diez euros fueron para los jubilados gallegos, que en septiembre ingresaron 485.878 pensiones, con un promedio de 1.170,42 euros.

Más allá de este retrato general, del análisis de las altas de nuevos pensionistas se extraen datos llamativos. El pasado julio, los 1.438 gallegos que dejaron la vida activa percibieron, de media 1.217,43 euros, la cuantía más modesta de todo el país y un 30,8% menos de lo que perciben los que más ingresan, los vascos (1.760,6 euros). Lejos de estrecharse, en la última década esa brecha incluso se hizo un poco más grande. Y es que en 2013, un nuevo jubilado que ingresaba en el sistema en Galicia percibía unos 1.118 euros, un 30,5% menos que los vascos, que ya eran los mejor posicionados. Entonces, los gallegos eran los terceros peor parados, con los extremeños a la cola de España con 1.023 euros.

Las causas que explican la posición de Galicia son variadas y entre ellas están la tardía incorporación de las mujeres al mundo laboral y con condiciones más precarias, lo que deriva en prestaciones exiguas. También entra en juego el peso de los autónomos --en la comunidad representan el 19% del empleo, frente al 16% de media estatal--, con cotizaciones mayoritariamente bajas, y el empleo industrial, que está más extendido en otros territorios y que da acceso a salarios más elevados.

Así las cosas, la estadística refleja que los nuevos retirados ourensanos son los únicos de España que no llegan a un promedio de 1.000 euros mensuales (901 euros). Y tras los almerienses, los lucenses son los terceros con las pagas más bajas, con 1.182 euros. En el polo opuesto, los alaveses, con 1.798 euros.