Galicia vuelve a tener el peor saldo vegetativo del país tras perder 18.700 personas

Las cuatro provincias cerraron el año pasado con un descenso en el número de bebés respecto de 2022. Solo la inmigración mantiene el balance total en positivo
Tres personas paseando. EP
photo_camera Tres personas paseando. EP

El año pasado, en Galicia murieron 18.701 personas más de las que nacieron. Es una de las consecuencias de una pirámide demográfica regresiva, marcada por el envejecimiento poblacional. Es, en cifras crudas, el peor saldo vegetativo de todas las autonomías españolas, por delante del de Castilla y León (-16.270) y Andalucía (-13.544), de acuerdo con las estimaciones provisionales publicadas este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (Ine). Y, de entre las dos variables con las que se calcula este indicador, la que hunde el dato es la de los alumbramientos, puesto que los 14.103 registrados en 2023 quedaron un 2,7% por debajo del curso anterior, en tanto que los fallecidos, 32.804, también fueron menos (-6,3%). Una noticia poco halagüeña de cara al relevo generacional.

El saldo negativo no es ninguna novedad en Galicia, que encadena más de tres décadas en números rojos. Incluso la cifra del curso pasado es algo más leve que la de 2022, cuando hubo 20.501 defunciones más que alumbramientos, el peor resultado en casi medio siglo. Como poco de toda una serie histórica que alcanza hasta 1975. 

Lo cierto es que la semana pasada la Estadística Continua de Población del Ine constataba que Galicia empezaba este año superando de nuevo los 2,7 millones de habitantes tras crecer en población por tercer curso seguido. A 1 de enero de 2024, contabilizaba 6.453 residentes más que doce meses atrás. La explicación está, pues, en el saldo migratorio frente al extranjero y el resto de comunidades, que arrojaría un balance positivo de más de 25.000 personas. 

En todo caso, este saldo vegetativo negativo tampoco es una anomalía dentro de España: se observa en todas las autonomías a excepción de Madrid, donde hubo 4.770 nacimientos más que defunciones; Murcia (729), Baleares (67), Melilla (250) y Ceuta (94). 


Menos bebés

En términos porcentuales, esta nueva caída en los nacimientos en Galicia supera por siete décimas la media del 2% del país pero ni siquiera es la más abultada, lejos del 19,4% de Melilla, el 11,8% de Ceuta, el 10,5% de Castilla y León o el 9,4% de La Rioja.

En todo caso, este descenso de 392 bebés se reparte entre las cuatro provincias. En la de Lugo, por ejemplo, los 1.717 anotados fueron 17 menos que en un 2022 que, cabe recordar, fue un año con un importante repunte en los alumbramientos. De hecho, el de 2023 es el segundo mejor número del último lustro. Y en la de Pontevedra, los 4.951 anotados fueron 310 menos que en 2022, un desplome del 5,89% que supone el peor porcentaje de entre todas ellas. El declive, además, es sostenido desde 2017, cuando hubo 6.909.

A su vez, murió menos gente en todas ellas, algo que no ocurría desde 2019. Lugo superó los 5.000 fallecimientos, mientras que en 2022 habían sido unos 5.400. En Pontevedra fueron unos 9.600, mientras que en 2022 habían sido en torno a mil más.

Variación nacimientos

Maternidad tardía 

En los últimos años se observa que la disminución del número de nacimientos se ha visto acompañada de un retraso en la edad de maternidad. Silvia Iniesta, jefa de Reproducción Asistida del Hospital La Paz de Madrid, sostiene que "lo ideal es tener un proceso reproductivo por debajo de los 35 años, porque la edad es un factor superdeterminante a la hora del éxito de la gestión". 

Es una afirmación a tener en cuenta en Galicia, donde el año pasado nacieron 6.683 bebés cuyas madres tenían 35 o más años. Es el 47,4% de los alumbramientos, siete puntos más que en 2013. Además, en el caso de 246, la progenitora ya había cumplido los 45. La franja de edad más habitual es la que va de los 35 a los 39 años, con 4.613 neonatos. En el lado contrario, tres de las madres no llegaban siquiera a quinceañeras

En España, fueron 129.483 los bebés nacidos de madres con 35 años o más, el 40,2%. Una década atrás suponían exactamente diez puntos menos.

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