Más de la mitad de los muertos al volante da positivo en alcohol, drogas o fármacos

Uno de cada cinco fallecidos consumió estupefacientes. Y un 15%, medicamentos, un tema sensible y difícil de evitar
Control de alcoholemia. EUROPA PRESS
photo_camera Control de alcoholemia. EUROPA PRESS

El 51,9% de los conductores fallecidos en accidentes de tráfico el año pasado dio positivo en los análisis toxicológicos de alcohol, drogas o psicofármacos. Una sobrecogedor porcentaje que pone negro sobre blanco la realidad detrás de los accidentes de tráfico, una de las losas que, pese a los significativos avances en forma de descenso de siniestralidad de dos décadas a esta parte, siguen pesando sobre la sociedad española y, más concretamente, la gallega. No en vano, la comunidad es la tercera con más mortalidad en sus vías, con una media de 3,5 fallecidos por cada 100.000, solo rebasada por las dos Castillas.

Así lo refleja la Memoria 2022 de hallazgos toxicológicos en víctimas mortales de accidentes de tráfico, presentada el martes por la Dirección General de Tráfico (DGT) y el Ministerio de Justicia, desde el que encienden la luz de alerta porque "por primera vez desde que se conocen estos datos, los positivos en estas sustancias superaron la mitad de los fallecidos de tráfico".

La respuesta a tan alarmante hecho hay que buscarla en la escasa concienciación, por no decir temeridad, de un importante número de conductores -en masculino, porque el 92% de los positivos toxicológicos positivos correspondió a varones-. No es ningún secreto que los vinos, cervezas y copas no maridan bien con el volante, que tampoco forma un buen cóctel con las drogas o los psicofármacos.

Medicación al volante

Sobre este último aspecto, la toma de medicamentos antes de coger el coche, advirtió precisamente hace unas semanas el Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña, con una campaña que ponía cifras al problema: "Conducir tras medicarse causa el 10% de los siniestros", afirmaron, en base a cifras de la DGT, desde el órgano de boticarios, que recetó concienciación ante una situación tan peligrosa como difícil de evitar en el país, España, que proporcionalmente más ansiolíticos consume -el 11% de la población los toma, según datos de 2022-.

En la misma línea, el Ministerio de Justicia vuelve a poner el acento en los medicamentos que alteran las funciones cerebrales, algunos tan populares como el Valium, Orfidal o los antidepresivos. Recuerda el informe que no son lo mismo que una aspirina o un ibuprofeno, puesto que los primeros merman las capacidades volitivas y tiempos de reacción. El prospecto destaca la incompatibilidad de su toma con la conducción, aunque no está prohibida, por lo que hay un limbo legal al respecto que tanto los farmacéuticos como autoridades judiciales y de tráfico tratan de cerrar con concienciación.

Máxime cuando, según reveló el martes en la presentación del informe Pere Navarro, director de la DGT, se ha detectado un "incremento especialmente notorio" en la presencia de psicofármacos en los cadáveres que dejaron los accidentes de tráfico el año pasado: el 14,6% de los conductores fallecidos en las carreteras españolas los había ingerido en las horas previas al fatal accidente. Seis de cada diez habían consumido benzodiacepinas, como los mencionados Orfidal o Valium, por un 40% que había consumido antidepresivos.

Bebida y droga, sin excusa

Captura

De todos modos, fueron más los fenecidos que se pusieron a los mandos de sus vehículos tras haber consumido estupefacientes: uno de cada cinco, puesto que se hallaron indicios de drogas en el 20,4% de los cuerpos. La sustancia más detectada fue la cocaína (12,9%), seguida del cannabis (10,1%), a mucha distancia de las anfetaminas (1,5%). Ponerse al volante tras consumir drogas es una temeridad, para la vida propia y la de terceros, pero también para la salud económica. Porque cada sanción apareja 1.000 euros de multa -500 por pronto pago- y la pérdida de seis puntos, un castigo que afrontaron los 2.944 gallegos que encendieron alguna luz del narcotest, entre ellos 356 lucenses.

Pero la sustancia más detectada en los conductores muertos en accidentes en 2022 fue, con diferencia, el alcohol: estaba presente en el 35,5% de los cadáveres, según el informe, que muestra, además, que el tramo más repetido entre los fallecidos es el que asciende de 2 gramos de alcohol por cada litro de sangre (g/l), una tasa que anula prácticamente los reflejos y que se sitúa al borde del coma etílico. En Galicia 14.676 conductores dieron positivo en el etilómetro, 2.375 de ellos lucenses.

Así las cosas, aunque los test toxicológicos recojan los tres factores, cabe diferenciar entre quienes por sus circunstancias se ven abocados a consumir psicofármacos, que solo se dispensan bajo receta del médico, y después cogen el coche para quehaceres obligados como trabajar o ir a la compra -máxime en una comunidad con la población tan dispersa como es Galicia-, y los que toman alcohol o sustancias antes de coger el volante con un total desprecio a la vida de los demás y la suya propia. Como, por desgracia, lo pagaron casi 400 conductores fallecidos en 2022 tras beber o drogarse.

Cazado un vecino de Cambados a 230 km/h en la AP-9 tras tomar coca y cannabis

Un ejemplo de ese total desprecio por la vida propia y la de terceros se vio anteayer en Tui, donde circulaba por la AP-9 en dirección Portugal un conductor a 229 km/h y que, por si fuera poco, había consumido cocaína y cannabis antes de ponerse al volante. El temerario es un vecino de Cambados de 43 años que circulaba en un coche de alta gama.

Como suele ser habitual con este tipo de ‘fitipaldis’, son detectados por radares móviles, ya que acostumbran a conocer la ubicación de los fijos y habitualmente frenan antes de llegar a ellos. El salnesiano interceptado este domingo tampoco hizo saltar los cinemómetros fijos pero sí uno que una patrulla de la Guardia Civil emplazó casi al final de la Autopista do Atlántico, en el límite con Portugal.

Es delito

Lo hizo además a una velocidad que supera en 109 km/h la velocidad genérica de 120, lo que constituye indubitadamente un delito. Una vez le dieron el alto, los agentes lo identificaron y le practicaron las pruebas de alcohol y drogas, dando resultado negativo a la primera y positivo indiciario en cocaína y THC, principio activo del cannabis.
 

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