La reducción de servicios ferroviarios aplicada en 2020 para adaptarlos a la realidad de la pandemia, cuando la gente ni podía salir de casa y hubo fuertes restricciones a la movilidad, le sirvió a Renfe como coartada para desmantelar parte del tren gallego. O al menos así lo ve la Xunta, que denuncia la "evidente e moi preocupante" reducción de la oferta en la comunidad: hoy hay un 12% menos de servicios que en 2019. Y una vez más, Lugo sale especialmente trasquilado de esta reordenación al perder casi la mitad (46%) de sus frecuencias.
Son datos sacados de un informe del Gobierno gallego analizado en el Consello da Xunta y que pone números a ese recorte: Galicia tiene ahora 31 conexiones diarias y 202 semanales menos en las líneas de ancho ibérico –se excluyen el Feve de A Mariña y el Ave–.
"Confírmase que hai servizos que nunca se volveron recuperar" en Galicia, denunció ayer Alfonso Rueda. Y pone el foco en líneas como la de Vigo-Ourense, que vio minimizada su oferta diaria en un 75%; o un 60% en el caso de la conexión entre Lugo y A Coruña, que se eleva a un 67% en la de Monforte a Ponferrada. Porcentajes que se repiten en las salidas a Portugal o en pequeños trayectos interiores como el eje Betanzos-A Coruña, que pasó de 22 a 14 viajes.
"NON TEN SENTIDO". Ante esta situación, el tiular de la Xunta adelantó que "non queda outra que dirixirse a quen ten as competencias". La semana pasada ya trasladó su malestar a Renfe y la próxima semana llevará el asunto a la reunión que tendrá con el secretario de Estado de Transportes. "Non ten ningún sentido fomentar o uso do transporte ferroviario e, por outra banda, suprimir frecuencias", razonó el mandatario gallego, que criticó las "excusas" del Ministerio de Transportes para defender estas reducciones, basadas en que no hay usuarios para más trenes.
De hecho, la carencia de trenes está empujando a los viajeros a los autobuses interurbanos que gestiona la Xunta, provocando picos de demanda que complican el servicio. "Estamos reaccionando a esa sobredemanda» con un 5% más de buses, explicó Rueda.
Dos Galicias
La reordenación de servicios de Renfe a raíz de la pandemia dibuja una vez más dos Galicias: la del eje atlántico, donde crecen los servicios; y la interior, con un tren menguante que desincentiva su uso. Y en esta segunda es en la que está Lugo.
El informe abordado ayer por la Xunta cifraba en 51 los servicios en la provincia en diciembre de 2019, mientras que hoy solo operan 29 de ellos: poco más de la mitad. Y algunos de los que se mantienen lo hacen cojos, ya que las obras de mejora de la línea Ourense- Monforte mantienen cortada la vía, lo que obliga a trasladar a los usuarios en bus desde hace casi un año, igual que ocurrió antes entre la capital lucense y Monforte.
La supresión de frecuencias se ceba especialmente con la capital, que ve mermada su conexión con A Coruña en seis servicios, al pasar de 10 a 4; y con Monforte, donde de 12 se quedan en 10. Entre la ciudad del Cabe y Ourense, trayecto clave para conectar con el Ave, Renfe también metió la tijera en la pandemia: de 17 servicios a 11. Y a salida de la provincia a la Meseta desde Monforte a Ponferrada quedó reducida a la mínima expresión: de 12 a 4 servicios.
Se salvan de la quema los vecinos del eje atlántico y los del eje Santiago-Ourense, que sí vieron incrementadas sus posibilidades de viajar en tren tras la pandemia. Eso sí, la Xunta recuerda que es un incremento relativo, ya que gran parte de los servicios de la última línea son trenes Alvia de larga distancia y que, por lo tanto, dejan "poucas prazas" para viajar dentro de Galicia, aclaró Rueda.
Precisamente la Alianza Ibérica por el Ferrocarril reclamó la semana pasada que se dupliquen las frecuencias de trenes en Galicia para vertebrar bien el territorio,
