"A construción é un sector moi grande e hai sitio para todas. Aínda somos poucas mulleres"

La construcción supera en Galicia los 74.300 ocupados, de los cuales solo 6.800 son mujeres. En el conjunto del país, el sector tiene al menos 6.200 vacantes por cubrir y se ha marcado el reto de atraer y formar a más trabajadoras y jóvenes. Las gallegas Sehila Lozano y Maruxa Barros son el reflejo de que las obras ya no son solo cosa de hombres.
Maruxa Barros, trabajando en una fachada con un taladro.EP
photo_camera Maruxa Barros, trabajando en una fachada con un taladro.EP

De esteticista a especialista en trabajos verticales en la construcción. Una "casualidade" fue la que permitió a Maruxa Barros (As Neves, 1969) explotar en el terreno laboral su pasión deportiva como técnica en espeleología, una disciplina que también enseña como formadora en la Federación Galega de Espeleoloxía.

Aunque su primer contacto con la construcción fue en 2008 a través del programa 'Mulleres porque si', que impulsó la Xunta para tumbar estereotipos de género en profesiones masculinizadas, esta mujer sin vértigo logró abrirse paso en el sector diez años después. "Dedicábame ao mundo da beleza e quería cambiar de actividade, pero non atopaba traballo na construción porque, entre outras cousas, son muller", relata.

Su oportunidad llegó en 2018, tras participar en una competición de espeleología. Sorprendido por sus dotes, un profesional del ramo comentó a Maruxa que "andaba buscando xente para un traballo nunha fachada". No lo dudó. Cinco años después, hoy compagina esta pasión con las funciones de encargada de un equipo en una empresa que "fai traballos de todo tipo". Además, imparte cursos en la Fundación Laboral da Construción en Vigo. Y ha ganado en calidad de vida tanto a nivel de horarios como de salario.

Gústame o traballo en vertical. Foi a mellor maneira de xuntar a parte deportiva coa laboral. Para min é o máximo"

La acogida que le dieron sus compañeros fue "superboa". Eso sí, percibe ciertas "diferenzas" en el sentido de que, mientras el "respecto" y la admiración presiden el trato que recibe una especialista que hace trabajos en vertical o sobre un tejado "por seren considerados de risco", en las tareas en interior nota que a las profesionales siguen "facéndoas de menos".

En su medio, admite que las mujeres "aínda somos poucas". Convencida de que las dificultades del sector para cubrir vacantes se deben en gran medida a la falsa concepción de que el trabajo físico "é moi duro", obviando el avance de las maquinarias y que la actividad es muy amplia —pues "podes levantar muros, pero tamén pintar, alicatar ou revestir paredes..."—, Barros incide en que "na construción hai sitio para todas". Solo hay que dar el paso y formarse.

Sehila Lozano: "Empecé desde cero como peón. Hoy sé realizar todos los trabajos que hace mi empresa"

Empezó como peón en la firma de su padre en una calurosa tarde de julio de 2007 dirigiendo el tráfico y, a día de hoy, conoce de primera mano "todos los tipos de trabajo" que realiza su empresa. Con cinco empleados, Sehila Lozano (Vigo, 1983) montó en 2013 su propio negocio y ejecuta canalizaciones para redes de telefonía en las provincias de Pontevedra y Ourense. Aunque admite que tuvo "una mayor oportunidad por ser la hija del jefe", se lo tuvo que ganar, pues "empezó desde cero" como peón "dando servicio a los oficiales". "Muchos días me fui a casa llorando. Me decían: barre aquí, recoge, tráeme esto... Pero decidí que tenía que luchar y que podía formarme y hacerlo. Empecé a estudiar normativas, medidas de arquetas, profundidades... Aprendí a rematar, a hacer masa y empecé a fijarme en las máquinas", relata.

Sehila Lozano, en una excavadora mixta.EP
Sehila Lozano dirige una empresa de excavaciones.EP

Pidió a uno de los palistas que la instruyese al finalizar la jornada laboral y él accedió porque percibió en ella verdadero interés. De improviso, un día una emergencia médica impidió a este trabajador acudir a la obra. "Había que tapar una zanja y los dos oficiales con los que estaba dijeron que lo haríamos a mano. ¡De eso nada!", respondí. Pese a la insistencia en que abandonase la excavadora para evitar un percance y a que avisaron a su padre, que ya era conocedor de las 'clases' que recibía a sus espaldas, nada la hizo bajar.

Y hasta hoy. Con una agenda apretada, pues enseña manejo de retroexcavadora, retrocargadora mixta, miniexcavadora, rodillo compactador y dumper autocargante en la Fundación Laboral da Construción, su próximo reto es formarse como "empalmadora de fibra".

Querer es poder. Hay un puesto para cada una de nosotras en el sector de la construcción, que es muy extenso"

Tiene claro que si aún hay pocas mujeres en las obras es "por desconocimiento" de la amplitud de tareas del sector y por el "rechazo" que "en el entorno familiar" puede generar el querer dedicarse a un oficio considerado "de hombres". Pero, como bien dice Sehila, "querer es poder".