La cesta de la compra encadena once años de encarecimiento para los consumidores gallegos
La misma cesta de la compra cuesta hoy considerablemente más que hace una década por la incesante subida de los precios en el supermercado. El capítulo de los alimentos y bebidas no alcohólicas llevan once años encareciéndose ininterrumpidamente en Galicia. Llenar nevera y despensa cuesta ahora un 47% más que en 2014, cuando España salía de la crisis financiera más grave desde la Gran Depresión. La situación se agravó especialmente tras la detonación de la guerra en Ucrania a comienzos de 2022, cuando el coste de la vida se disparó.
Aunque en este tiempo también han subido las principales vías de ingresos de los hogares, como los sueldo y las pensiones, lo han hecho, el promedio, menos que la alimentación, uno de los principales capítulos de gasto de las familias.
Por ejemplo, el salario medio en Galicia se incrementó un 24% en la última década, hasta superar los 24.600 euros al año, según la Encuesta Anual de Coste Laboral que publica el Instituto Nacional de Estadística. Sí subió más que la comida el salario mínimo interprofesional, exactamente un 83% desde 2014, hasta situarse ahora en 1.184 euros brutos al mes en 14 pagas.
En lo que toca a las pensiones contributivas de los jubilados gallegos, la revalorización acumulada en este tiempo es del 22%, por lo que se queda bastante por debajo de la inflación alimentaria.
Lo que más se encareció
Los datos del índice de precios de consumo (IPC) que ofrece el Ine reflejan fuertes encarecimientos en todos los productos esenciales en cualquier hogar. En la comparativa con 2014 destaca especialmente el alza de los huevos (+90,5%), que en los últimos meses han subido con fuerza, y de las frutas frescas (+85%).
También son acusados los aumentos en el aceite (+68%), cuyo precio se ha relajado últimamente tras haberse disparado con fuerza; las patatas (+68%): las legumbres y hortalizas (+58%); la carne de vacuno (+57%); el pescado fresco y congelado (+54%); el capítulo de agua mineral, refrescos y zumos (+54%); y el de café, cacao e infusiones (+53%). También se han encarecido más de un 30% otras carnes como la de ave o porcino; los cereales y el pan, o la leche.
Si bien es cierto que la subida de la alimentación se ha moderado considerablemente con respecto a lo que escalaron los precios tras estallar la guerra en Ucrania en 2022, la realidad es que sigue encareciéndose. En junio (último dato disponible para Galicia) llenar nevera y despensa era un 1,7% más caro que un año antes.
Más allá de la comida, se ha encarecido el coste de la vida en general. En una entrevista a este medio, el presidente del Consejo General de Economistas, Miguel Ángel Vázquez Taín, afirmó que "es improbable que los precios retrocedan a los niveles prebélicos" y que lo previsible es que "convivamos con una inflación moderada, por encima de los niveles prepandemia, durante un tiempo".
Facturas y alquiler
Dentro del hogar también han subido en los últimos tiempos otros gastos como las hipotecas –las cuotas no han regresado todavía a los niveles previos a la subida de los tipos de interés que impulsó el Banco Central Europeo a raíz de la guerra– ; el alquiler –un 13% más caro que hace una década según el IPC–, las reformas o las facturas.
Aunque la electricidad y el gas han bajado con respecto a los elevados precios que alcanzaron tras iniciarse el conflicto bélico en Ucrania, siguen más caros que antes. Lo mismo ocurre con los carburantes, que en la actualidad se dispensan a una media de entre 1,4 y 1,5 euros el litro en Galicia.
Ocio y ropa
Vestir también es hoy más costoso. El capítulo de la ropa está un 10% más que hace una década. Y lo mismo ocurre con el ocio, ya sea para viajar, hacer una escapada o salir a cenar. Por ejemplo, los paquetes turísticos cuestan un 39% más que hace cinco años y los servicios de alojamiento y la restauración, cerca de un 30%. También el cuidado personal, más de un 15%.