Daniel Cuervo: "No se hace vivienda para todos los bolsillos; se focaliza en la clase media-alta"

El secretario general de la Asociación de Promotores Constructores de España achaca la infraproducción de vivienda a los tiempos de espera para disponer de suelo edificable y poder empezar a construir
Daniel Cuervo, secretario general de APCEspaña. Asprima
photo_camera Daniel Cuervo, secretario general de APCEspaña. ASPRIMA

La patronal de promotores APCEspaña considera que el Gobierno "vende ilusiones" con sus anuncios de más vivienda social a precios asequibles. Recuerda que tardará años en estar construida y sostiene que "no se trata de hacer vivienda donde hay suelo público, sino donde la gente quiere vivir".

¿Por qué hay en España un escenario de infraproducción de vivienda?
Uno de los grandes cuellos de botella es la lentitud y la rigidez de la normativa urbanística para disponer de suelo para su edificación. Pasan muchos años hasta que podemos construir en un terreno. La transformación urbanística tiene que ser mucho más ágil para que aumente la oferta de suelo y de vivienda. Otro hándicap son los plazos de las tramitaciones. Desde que un arquitecto presenta la licencia de obra hasta que la obtiene pasan 12 meses de media. Eso supone retrasar la llegada de inmuebles al mercado, la contratación de trabajadores vinculados a ese proyecto y mayores costes. 

Ayudará la ley de vivienda a dinamizar la construcción o la frenará más?
Creemos que puede frenar la construcción o ya la está frenando. Su contenido va en contra de lo que necesita el mercado. Supondrá una reducción de la oferta de alquiler, lo que conllevará un aumento de los precios y que los propietarios incrementen las exigencias de solvencia a los inquilinos, dificultando el acceso a una vivienda en alquiler a jóvenes o personas con menos recursos. Declarar zonas tensionadas e intervenir en ellas los precios de los alquileres supondrá que desaparezca oferta y se amplíe la presión en los alrededores, con más demanda y una subida de las rentas. Además, los dueños, el 95% pequeños propietarios con una o dos viviendas, tendrán menos recursos para poder actualizarlas. La ley aporta inseguridad jurídica y hará que España pierda interés para los inversores tanto nacionales como extranjeros que estaban depositando parte de sus recursos en la vivienda en alquiler. 

La intervención de los precios del alquiler en zonas tensionadas hará que suba la demanda y las rentas en los alrededores

¿Se construye en España vivienda para todos los bolsillos?
En términos generales, no. Solo hay que ver qué parte de los visados, que son los permisos de obra, van a vivienda libre y cuántos a protegida. En España se estaban construyendo entre 60.000 y 80.000 viviendas protegidas al año en los ejercicios previos a 2009 y esas cifras han caído en picado. En la actualidad se están edificando entre 7.000 y 8.000 con precios asequibles bajo la figura de viviendas con algún tipo de protección. Podemos afirmar que en España la producción se está focalizando en la clase media y media-alta y también en un perfil extranjero con capacidad adquisitiva. 

¿La vivienda protegida resulta poco atractiva para los promotores? 
No, pero los proyectos tienen que ser viables. En algunas comunidades, los precios máximos a los que se pueden vender estas viviendas llevan estancados desde 2008 o 2009. Con el aumento de los costes en los últimos años y la escasez de mano de obra, que también ha encarecido la construcción, los proyectos no son viables. Allí donde sí lo son, el sector tiene mucho interés. Confiamos en que se actualicen los módulos donde no se haya hecho para poder aumentar la producción de vivienda asequible. Muchos suelos de reserva, donde solo se puede construir vivienda protegida, se han urbanizado y están esperando a que haya edificaciones, pero se necesita una adaptación al coste actual que tiene la construcción. 

La vivienda protegida es atractiva para los promotores allí donde los proyectos son viables

Pedro Sánchez lanzó en las últimas semanas varios compromisos para impulsar la construcción de vivienda para alquiler social a precios asequibles. ¿Aliviarán el problema?
Con los plazos que maneja nuestra industria, esto no se hace de un año para otro, ni en dos o tres. Además, hay que ver dónde están los suelos. No se trata de hacer vivienda allí donde hay suelo público, sino donde la gente quiere vivir. No todas las ubicaciones valen, tiene que haber demanda. Además, no todo el suelo que tiene la Administración será suelo finalista. Si hay que urbanizarlo, pueden pasar hasta cinco años  para poder pedir la licencia, que tarda de media doce meses antes de poder empezar la edificación. Están vendiendo ilusiones a la gente. Sería mucho más útil hacer un gran pacto de Estado por la vivienda entre las administraciones y con los agentes del sector para trazar una política estable a largo plazo que dé soluciones a las necesidades de la sociedad.  

¿Qué retos tiene por delante el sector de la construcción?
Además de facilitar el acceso a la vivienda a los jóvenes, otro desafío es la carestía de trabajadores. El sector está inmerso en una transformación desde la construcción tradicional a la industrialización, lo que le permitirá ser más atractivo para los trabajadores; aumentar la incorporación de las mujeres, que ahora son el 9%; reducir los tiempo de ejecución y, con ello, los precios; y mejorar la calidad.

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