Galicia suma más de 6.400 esqueletos de obras a medio construir, 542 de ellos en Lugo

Viviendas en construcción. AEP
La patronal gallega de las inmobiliarias considera "acertado" el plan de la Xunta para reactivar edificios inacabados

Galicia está salpicada de edificios inacabados. Esqueletos de lo que iban a ser bloques de viviendas o casas que se quedaron en eso: proyectos paralizados. Son vestigios de lo que fue el auge y la caída del sector inmobiliario en los primeros compases de este siglo. Prácticamente dos décadas después, siguen formando parte del 'paisaje'.

Los cálculos de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) cifran en más de 6.450 las obras sin acabar en el conjunto de la comunidad, entre edificios y viviendas unifamiliares y en diferentes fases de construcción. La mayoría se concentran en municipios costeros, pero también hay exponentes en el interior. 

Por provincias, A Coruña es la más afectada, con unas 3.145 construcciones en standby. Zonas como Ribeira, Porto do Son, Miño, Ferrol, el área de Bergantiños o la de Santiago son algunos de los principales puntos calientes. Le sigue Pontevedra, con en torno a 2.300 obras inacabadas. Vigo, O Salnés, A Guarda, O Rosal, O Porriño o Baiona albergan muchas de ellas.

La presencia es menor en Lugo, donde la Fegein cuenta 542 proyectos paralizados, fundamentalmente en A Mariña; y en Ourense, con 465 casos localizados en la capital y en puntos como O Carballiño, Verín, Xinzo, Maceda, O Barco o Ribadavia.  

Ayuda ante el déficit de vivienda

Más allá del debate sobre el feismo, los edificios en esqueleto han vuelto a primer plano en un escenario de falta de vivienda para atender la demanda y unos precios que no encuentran techo.

Con ese telón de fondo, la Xunta prepara un plan para reactivar obras a medio hacer que pasa por dar, durante un plazo excepcional de tres años, cobertura legal para que los promotores interesados puedan recuperar la licencia de obra de los edificios inacabados y hacer viviendas. La condición es que la mitad de los pisos que se construyan sean de protección oficial. 

Una medida que el presidente de la patronal gallega de las inmobiliarias, Benito Iglesias, considera "acertada" para dar una salida a esos proyectos paralizados desde la crisis del ladrillo. "La gran demanda llevó a construir en muchos ayuntamientos vivienda donde fuera en la década del 2.000 al 2010, sin planteamiento e incluso sin respetar leyes como la de Costas", señala.

Explica que se construyó por encima de las posibilidades en la época del 'boom' y el estallido de la burbuja inmobiliaria cogió a parte del sector "con el pie cambiado y sin liquidez para continuar con la obras". 

La Fegein llama a crear un registro autonómico de solares, con datos por concellos de las obras inacabadas que superen los diez años de parón sin justificar. Casos que considera que deberían atajarse a través de la Ley del Suelo, que se tramita en el Congreso.

¿En manos de quién están?

La práctica totalidad de los más de 6.000 proyectos de construcción de vivienda que se quedaron en forma de esqueletos en Galicia –el torno al 92% según la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias– están en manos de fondos de inversión, la Sareb (la sociedad a la que las entidades herederas de las cajas traspasaron sus activos inmobiliarios tras el millonario rescate financiero) y la banca. El resto se reparte entre "sociedades jurídicas diversas o administradores concursales".

"Ventajas" para los ayuntamientos

La Fegein pone de relieve que reactivar edificios inacabados reportaría a los concellos "más recibos del Ibi, más ingresos y personas empadronadas".

Recuerda que las obras que quedaron en standby sufren deterioro por la exposición a la meteorología y pueden acusar problemas derivados de las acometidas y suministros que supondrían "un coste elevado" a repercutir en cada vivienda".