PSOE y Sumar pactan gravar el lujo y los seguros médicos pero no a las energéticas
Crear un impuesto especial para los bienes de lujo, como yates o superdeportivos, perpetuar el tributo —ahora temporal— a la banca, poner fin a la exención fiscal de los seguros de salud privados e incrementar al 21% el gravamen sobre las viviendas de uso turístico. Esas son algunas de las medidas acordadas por los socios del Gobierno de coalición, PSOE y Sumar, para impulsar la reforma fiscal prometida a Bruselas a fin de aumentar los ingresos y recibir nuevos fondos comunitarios.
Pero no todo son medidas recaudatorias, ya que el pacto también contempla el fin del gravamen a las energéticas, una decisión a la que el partido fundado por Yolanda Díaz era reticente en los inicios de las negociaciones. Y, de hecho, este es el principal punto de fricción a la hora de consensuar acuerdos con los socios parlamentarios de izquierdas —ERC, Bildu, Podemos y BNG—, que siguen enrocados en mantener el impuesto a las energéticas. Lo que ocurre es que el PSOE ya había llegado a un acuerdo con PNV y Junts para dejar caer el tributo energético —caducará, de no haber moratoria, el próximo 31 de diciembre—.
Así las cosas, los socialistas deberán realizar un ejercicio de funambulismo de izquierda a derecha de su abanico de socios en aras de llegar a un consenso. Y tienen hasta el jueves para que esto ocurra, puesto que el debate y votación de este paquete de reformas fiscales estaba prevista para este lunes, pero a la vista de la falta de apoyos suficientes para sacarlo adelante el PSOE desconvocó la sesión, que se reanudará pasado mañana.
Hasta entonces, los socialistas tienen unas horas de margen para seguir negociando con ERC, Bildu, BNG y Podemos su apoyo, ya que sus votos son imprescindibles. Esquerra avisó ayer que no apoyará medidas que beneficien a las energéticas e insta al Gobierno a "volver a negociar" para encontrar "un punto de equilibrio". Sin embargo, el principal contrapunto es otro partido catalán, Junts, el que defiende con más firmeza el fin del tributo alegando que Repsol podría llevar inversiones fuera.
Donde no hay debate político entre los socios del Gobierno es en la intención de mantener el impuesto sobre los resultados de la banca, que mutaría su carácter temporal a permanente. Salvo novedad, el tributo actualmente en vigor será relevado por un impuesto propiamente dicho que se aplicará durante tres años, hasta 2028, sobre el margen de interés y las comisiones netas. Pero que tenga apoyo político no quiere decir que esté exento de tensiones: las patronales bancarias ya amenazaron con ir los tribunales.
Socimis, rentas altas y VUT
El resto de medidas incluidas en ese pacto entre PSOE y Sumar no cosechan tanta confrontación, como la eliminación de las primas de seguros privados sanitarios o la subida del Iva al 21% para apartamentos turísticos para "aliviar la falta de vivienda habitual en las zonas tensionadas". Tampoco fue discutida entre los socios parlamentarios la supresión del régimen fiscal especial de las sociedades anónimas cotizadas de inversión en el mercado inmobiliario (socimis) o la subida en la tributación en el IRPF, del 28% al 30%, de las rentas por encima de los 300.000 euros.
En España ya hubo un impuesto al lujo durante la dictadura
El impuesto al lujo, una reivindicación que venía persiguiendo Sumar y que ha logrado arrancarle ahora al PSOE, tiene un precedente, paradójicamente, durante la dictadura de Francisco Franco, cuando se gravaba lo que en la época se consideraban "bienes superfluos o que representen mero adorno, ostentación o supongan una comodidad superior a la normal".
En este catálogo entraban desde automóviles a puros, obras de arte y la entonces cotizada gasolina súper. Este impuesto fue sustituido en 1986 por el Iva. El tributo ideado por el Gobierno 38 años más tarde acotará los artículos a gravar a una lista más exclusiva, con reactores privados, coches deportivos y yates.