A pujar: de una finca de 6.000 euros en A Mariña a un chalé en O Porriño a 285.000

Vivienda. EP
Hacienda subasta en estos momentos seis inmuebles embargados en Galicia que acabarán en manos del mejor postor

En un contexto en el que comprar vivienda es virtualmente imposible para el bolsillo medio, sobre todo el de los jóvenes, las subastas han ganado popularidad como una opción para hacerse con un inmueble a un precio inferior al de venta. Este tipo de operaciones estaban tradicionalmente reservadas para inversores y compradores informados y no fue hasta hace unos años cuando se abrieron al gran público a través de portales web. Basta con registrarse y, si una propiedad interesa, abonar un 5% del importe de tasación de la vivienda a modo de depósito, que será devuelto en caso de no ser adjudicada la casa. Eso sí, es absolutamente imprescindible leer la letra pequeña: algunos inmuebles pueden presentar cargas, como hipotecas, gravámenes o subastarse como parte indivisa del mismo, teniendo que compartir la propiedad.

Hacienda tiene en subasta ahora mismo seis inmuebles en Galicia, con valoraciones tan dispares como una finca de 6.000 euros en Barreiros o un casoplón de 285.000 en O Porriño. También es posible pujar por una casa unifamiliar en Carballo tasada en casi 73.000 euros por los expertos de Tinsa, los encargados de estimar el valor de los inmuebles, un local comercial en Negreira por 31.000 euros o una plaza de garaje en la herculina Ronda de Outeiro, si bien se trata de una concesión hasta el año 2058, de ahí su reducido precio: 10.000 euros.

Chalé subasta O Porriño

Este último caso es un ejemplo de por qué hay que fijarse en los detalles. Por ejemplo, también se ofrece una finca rústica en el municipio lucense de O Corgo en una parte indivisa del 50%, a un precio de 27.000 euros, que habrá que compartir por tanto con el propietario o los propietarios del 50% restante. También el casoplón de O Porriño tiene una importante carga: 180.000 euros de hipoteca, una cifra que, habida cuenta además de la importante reforma necesaria, echará para atrás a más de un interesado.

Inmuebles a subasta en Galicia

En general, no suele haber cifra mínima de puja o, de haberla, esta suele ser muy reducida, no superando el 20% del inmueble en la mayor parte de casos. Para ver el catálogo de bienes subastados por Hacienda, que proceden de embargos y que se actualiza frecuentemente, basta con acceder al portal de subastas en la página de la Agencia Tributaria.

Transparencia

Si hay algo en lo que no hay color entre una subasta y una compraventa tradicional es en la transparencia del proceso, lejos de tretas o intrigas de agentes inmobiliarios o dobles juegos de la parte vendedora. En subasta, las pujas y la evolución del precio son visibles para todos los participantes e incluso para quienes no hayan pujado, lo que permite que los compradores tengan control sobre su oferta y la posibilidad de ajustarla en función de sus posibilidades y del comportamiento del mercado.

Además, el proceso de adquisición de una vivienda en subasta suele ser más rápido en comparación con las transacciones tradicionales. Una vez finalizada la subasta, el comprador tiene un plazo corto para completar el pago y formalizar la adquisición. Esto puede ser una ventaja para quienes buscan cerrar la compra de forma ágil y evitar los trámites prolongados que suelen estar asociados a la compra de viviendas en el mercado tradicional.

Sí pueden visitarse

Contrariamente a lo que muchos creen, las viviendas a subasta sí pueden ser visitadas. Para ello hay que concertar una cita, una opción visible en la página de subastas de la Agencia Tributaria. En muchos casos estas viviendas han sufrido deterioro, por lo que, como sucede en las transacciones tradicionales, es recomendable visitar la propiedad en compañía de un arquitecto o alguien experto en reformas.

Así pues, adquirir una vivienda en subasta puede ser una gran oportunidad para obtener inmuebles a precios competitivos. Es una alternativa especialmente atractiva para inversores y compradores bien informados que estén dispuestos a realizar un análisis previo y asumir algunos riesgos calculados. El principal atractivo de estos procesos es el precio, y este no es un factor baladí en el actual escenario de precios prohibitivos de la vivienda. Eso sí, es fundamental la cautela y leer toda la letra pequeña.

Ojo con las cargas: desde hipotecas a partes indivisas 

Si en una operación convencional hay que leer dos veces la documentación —nota simple, referencia catastral...—, cuando se trata de una subasta cabe sacar la lupa. Y es que no es infrecuente que las propiedades presenten sorpresas en forma de cargas, como hipotecas, o proindivisos, esto es, una parte de la propiedad.

Además, para mayor información es posible tomar la referencia catastral, indicada en la ficha de cada inmueble en la web de Hacienda, e investigar, introduciendo la referencia en portales inmobiliario que nos brindarán información útil como el año de construcción. 

Las últimas 24 horas suelen ser clave 

Las propiedades más golosas suelen concentrar la mayor parte de pujas en las últimas 24 horas del plazo.