Trump castiga a Europa con aranceles del 25%: estos serían los productos gallegos más afectados
El presidente estadounidense, Donald Trump, lo ha vuelto a hacer. A pesar de las advertencias de Bruselas, ha anunciado la imposición de un arancel del 25% a las importaciones provenientes de la Unión Europea. "La crearon (la UE) para fastidiar a Estados Unidos", sentenció en una reciente comparecencia, dejando claro que su guerra comercial no distingue entre amigos y rivales.
Estas nuevas tasas se implantarían "de manera general" y, aunque el excéntrico mandatario norteamericano no concretó fechas, una batalla transatlántica podría estar a punto de comenzar. Las consecuencias serían totalmente imprevisibles, pero, ¿qué significaría esto para Galicia? ¿Cuáles son los sectores que se verían más perjudicados? ¿Hay margen para reaccionar?
¿Quién pagaría la factura?
La noticia ha caído como un jarro de agua fría sobre los empresarios gallegos, especialmente aquellos que dependen del mercado yanqui. Miguel Ángel Otero, experto en comercio internacional de la USC, lo tiene claro: "Los aranceles los pagarán, sobre todo, nuestras empresas exportadoras. O bajan precios para seguir vendiendo en EE UU o perderán cuota de mercado", aseveraba hace unos días en una entrevista con este medio.
Galicia es una zona que ha sabido hacerse un hueco en el mercado estadounidense con productos de gran calidad. Sin embargo, la competitividad de estos bienes quedarían ahora en entredicho si las empresas deben absorber un sobrecoste del 25% en impuestos. Y el problema es que no hay muchas más opciones: "Los principales socios comerciales europeos, como Alemania y Francia, están en recesión o al borde de ella. En cambio, EE UU crece a un ritmo del 5% anual. Si queremos vender, necesitamos a Estados Unidos", señalaba el propio Otero.
El sector más golpeado sería el agroalimentario
El impacto de los aranceles sería desigual, pero los sectores con empresas más pequeñas y menos capacidad de adaptación serán los que sufran en mayor medida. En Galicia, el sector agroalimentario está especialmente expuesto, con productos como las conservas de pescado y marisco, el vino, los congelados y las carnes, que forman parte del ADN exportador de la comunidad.
Estas empresas, muchas de ellas familiares o de tamaño mediano, tendrán serias dificultades para absorber el incremento de precios sin perder competitividad. La industria del aluminio también está en el punto de mira, con compañías como Cortizo que podrían verse obligadas a reforzar su producción en EE UU para evitar los aranceles.
Lo mismo ocurre con la pizarra de Valdeorras, un material clave en la construcción estadounidense, que ahora se encarecerá significativamente. En el sector textil y de la moda, aunque Inditex tiene margen de maniobra, otras firmas más pequeñas podrían tener problemas. Por último, los combustibles, con la refinería de A Coruña, también sentirán el impacto, aunque en menor medida que otros sectores.
¿Hay salida para las empresas gallegas?
La situación es preocupante, pero hay estrategias para minimizar el impacto. Una de ellas es apostar por la inversión directa en Estados Unidos. "Si una empresa grande adquiere una filial en EE UU y produce allí, esquiva el arancel", explica Otero. Esto podría suponer un repunte en la inversión gallega en el país norteamericano, que ya concentró el 34,9% del capital invertido en el exterior entre 2019 y 2023, según el Barómetro Exportador del Foro Económico de Galicia.
Otra opción es reorientar las exportaciones hacia mercados alternativos, pero aquí surge un problema: no hay muchos destinos con la misma capacidad de absorción que EE UU. "China, por ejemplo, también está en guerra comercial con Europa y no ofrece un comercio equilibrado. Vende mucho más de lo que compra", explicaba el economista de la USC en aquella entrevista.
Galicia, en medio de una batalla geopolítica
Más allá de lo económico, la clave de esta crisis está en la geopolítica. La relación entre Europa y EE UU atraviesa un momento delicado, y Trump ha dejado claro que espera un posicionamiento más firme de España a su favor. "Nos piden más compromiso, más gasto en defensa. Si no lo damos, pueden venir más sanciones", advertía Otero, pronosticando lo que ahora parece que se avecina.
Galicia, que tradicionalmente ha mantenido una fuerte relación comercial con EE UU, se encuentra ahora en una encrucijada. La pregunta es si las empresas podrían adaptarse a este nuevo escenario o si la comunidad verá mermada su presencia en uno de sus mercados más valiosos del mundo. Lo único claro es que, en esta guerra comercial, los daños colaterales ya están llegando a los hogares gallegos.