Álvaro Goyanes, investigador: "La impresión 3D y la IA nos permiten hacer medicamentos con dosis exactas y bajo demanda"

Álvaro Goyanes. CEDIDA
El profesor de la USC, uno de los autores más citados a nivel mundial en el área farmacéutica, es fundador de Fabrx, una empresa pionera que revoluciona el sector al combinar la elaboración de medicamentos con la inteligencia artificial

Hace apenas unas décadas, un tratamiento hecho a la medida del paciente parecía un sueño reservado a la ciencia ficción. Hoy día, gracias al avance tecnológico y a personas como Álvaro Goyanes (Monforte, 1982), ese anhelo comienza a materializarse. Este investigador, uno de los más citados del mundo en el ámbito académico, trabaja desde hace más de diez años para que la medicación se adapte a cada persona como un traje hecho a medida.

Todo comenzó en el 2012. Después de acabar su doctorado en la Universidade de Santiago de Compostela, Goyanes se mudó a Londres para continuar su carrera académica en la University College of London. Allí, mientras estaba trabajando en un proyecto relacionado con vacunas, aparecieron las primeras impresoras 3D en el mercado y su equipo de investigación no dudó: decidieron experimentar con este aparato en la elaboración de medicamentos. "Nos dimos cuenta de que esta tecnología podría responder ante la necesidad real de adaptar los tratamientos", -explica el científico- "especialmente en ámbitos como la pediatría, geriatría o enfermedades raras, donde los fármacos estándar no siempre están disponibles".

Con el objetivo de convertir la impresión 3D de medicamentos en una realidad, decidió llevar esta idea más allá del laboratorio y fundó Fabrx junto con el profesor de Farmacia Abdul Basit. Esta startup tiene, a día de hoy, varias herramientas de actuación: un programa que permite introducir el fármaco, los excipientes y sus proporciones para calcular los parámetros de impresión 3D más adecuados; una aplicación móvil para recopilar opiniones de pacientes y cuidadores, y un software integral para la impresión 3D de medicamentos, que facilita el proceso y verifica la calidad de la producción mediante inteligencia artificial.

¿Cómo funciona esta tecnología?

Según Goyanes, la impresión 3D permite "crear medicamentos con la cantidad exacta, la forma, el color o incluso la velocidad de liberación del fármaco que requiere cada persona". Por su parte, la inteligencia artificial calcula la dosis ideal para cada paciente en función "de su peso, edad o respuesta al tratamiento" y, añade, " permite optimizar las formulaciones para que sean seguras, estables y eficaces"

En este contexto, el científico monfortino plantea un futuro donde esta fabricación se realice de forma totalmente automatizada y permita ofrecer medicamentos personalizados directamente en hospitales o farmacias. Esto sería posible porque, a diferencia de los métodos de producción convencionales, este sistema "posibilita una personalización real". En otras palabras, mientras que la industria farmacéutica tradicional fabrica "grandes lotes idénticos", esta tecnología "puede combinar varios principios activos en un solo fármaco". Esto, así mismo, mejoraría la adherencia del paciente al tratamiento y facilitaría la administración de las dosis.

Otra de las ventajas de la impresión 3D de medicamentos bajo demanda es, tal y como explica Goyanes, que permite "reducir el desperdicio de fármacos, acortar los tiempos de suministro y facilitar el acceso a tratamientos en hospitales, clínicas o zonas remota". Sin embargo, para que este futuro se haga realidad, es necesario superar un gran reto formativo: hay muchos médicos y farmacéuticos que no conocen estos avances. "Hay que formar a los profesionales sanitarios para que aprendan a utilizar esta tecnología en su práctica diaria", sentencia el investigador. Solo con la combinación de innovación y educación, la medicina personalizada se podrá asentar como una realidad accesible para todos.