El comportamiento de 'La mataviejas' en Teixeiro: autoritaria y "siempre enredando", pero sin expedientes
Remedios Sánchez Sánchez, La Reme, se encuentra actualmente en la enfermería del centro penitenciario de Teixeiro bajo un estricto protocolo de prevención de suicidio. La interna, que cumple una condena de 144 años y siete meses por el asesinato de tres ancianas en Barcelona, está siendo investigada por un nuevo homicidio tras el hallazgo del cadáver de una mujer nonagenaria en A Coruña a principios de octubre, coincidiendo con un permiso penitenciario que se le había concedido.
Fuentes consultadas por Europa Press han confirmado que el protocolo antisuicidio se ha activado como medida preventiva, no solo por un posible riesgo de autolesión, sino también como mecanismo para mantener un control más exhaustivo sobre la reclusa. "Se suele activar cuando hay notoriedad mediática", han explicado las mismas fuentes.
Hasta la fecha de su traslado a enfermería, Remedios trabajaba en la lavandería de la prisión coruñesa, actividad por la que percibía una remuneración económica, y no constaban expedientes disciplinarios en su historial penitenciario.
No obstante, según testimonios del personal de Teixeiro, la interna mostraba un comportamiento "un poco autoritario" con otros reclusos y estaba "siempre enredando", aunque sin llegar a protagonizar incidentes graves ni enfrentamientos con el personal. Su carácter dominante no había derivado en situaciones que requirieran intervención disciplinaria hasta el momento de activarse esta nueva investigación por homicidio.
La investigación del nuevo caso en A Coruña
La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía Nacional ha asumido la investigación del caso que mantiene a Remedios Sánchez, conocida como La mataviejas, como principal sospechosa. El pasado 3 de octubre se descubrió el cuerpo sin vida de una anciana de más de 90 años en una vivienda del barrio coruñés de Monelos, hallazgo que inicialmente se atribuyó a causas naturales. Sin embargo, los resultados de la autopsia revelaron indicios de criminalidad que modificaron el curso de la investigación.
Cinco días después del macabro descubrimiento, el 8 de octubre, agentes policiales se personaron en la prisión de Teixeiro para realizar las primeras diligencias con Remedios Sánchez. Las autoridades pudieron confirmar que la sospechosa había disfrutado de un permiso penitenciario coincidiendo con las fechas en que presumiblemente se produjo el homicidio en la ciudad herculina.
La investigación ha sido declarada secreta por orden judicial y la interna continúa cumpliendo su condena a la espera de ser llamada a declarar cuando la magistrada instructora lo considere oportuno.
El historial criminal de Remedios Sánchez
La trayectoria delictiva de Remedios Sánchez se remonta a 2006, cuando perpetró una serie de ataques violentos contra mujeres ancianas en Barcelona. Por estos hechos, la Audiencia Provincial barcelonesa la condenó por el asesinato de tres ancianas de 76, 83 y 96 años –por los que se ganó el apodo de La mataviejas–, tentativa de asesinato de otras cinco, siete delitos de robo con violencia y un delito de hurto. Durante el juicio, Remedios negó rotundamente su implicación afirmando: "Sería incapaz de hacer una cosa así".
Nacida en 1957 en la aldea gallega de Dormeá, en una familia numerosa con once hermanos, Remedios emigró a Barcelona a los 15 años en busca de oportunidades laborales. En el momento de cometerse los crímenes, trabajaba como cocinera en el bar Cebreiro, especializado en gastronomía gallega, donde sus tortillas gozaban de cierta fama entre la clientela. Madre de dos hijos y divorciada, algunas fuentes señalaron que una crisis personal la habría empujado a la adicción al juego, generándole una acuciante necesidad de dinero que la llevó a delinquir.
Madre de dos hijos y divorciada, algunas fuentes señalaron que una crisis personal la habría empujado a la adicción al juego, generándole una acuciante necesidad de dinero que la llevó a delinquir
El tribunal descartó, no obstante, cualquier atenuante por enfermedad mental o trastorno de personalidad. Los peritos forenses determinaron que la acusada presentaba un nivel de inteligencia normal, sin alteraciones psíquicas que pudieran reducir su responsabilidad criminal. La ludopatía, aunque mencionada en el juicio, no fue considerada un factor relevante para modificar la condena.
El modus operandi de 'La mataviejas'
La estrategia criminal de Remedios Sánchez seguía un patrón definido que le permitió acceder a los domicilios de sus víctimas sin levantar sospechas. Su apariencia corriente y su capacidad para ganarse la confianza de mujeres mayores que vivían solas resultaron clave para perpetrar sus crímenes. Según recoge la sentencia, aprovechaba la "bondad e ingenuidad" de las ancianas para que le franquearan la entrada a sus hogares.
Remedios Sánchez dirigía sus ataques hacia personas "especialmente vulnerables por las limitaciones físicas y psíquicas propias de su edad" y que "no podían defenderse"
Una vez dentro, su comportamiento cambiaba radicalmente, tornándose "especialmente violento". Golpeaba a las víctimas y después intentaba asfixiarlas o estrangularlas utilizando diversos objetos: un tapete de ganchillo y toallas en los casos que resultaron mortales. La Audiencia Provincial de Barcelona subrayó en su fallo la especial gravedad de unos ataques dirigidos contra personas "especialmente vulnerables por las limitaciones físicas y psíquicas propias de su edad" y que "no podían defenderse".
Su detención se produjo en un salón recreativo del Eixample barcelonés, tras una investigación dirigida por Josep Lluís Trapero, entonces al frente de los Mossos d'Esquadra. El acento gallego de Remedios constituyó uno de los elementos que facilitaron su identificación, junto con la descripción física proporcionada por diversos testigos, que mencionaban su complexión, edad aproximada y una característica cicatriz en la mano.
El registro de su domicilio resultó definitivo para incriminarla, al encontrarse más de 200 joyas, dinero en efectivo y libretas bancarias pertenecientes a las víctimas. Durante el proceso judicial, Remedios intentó desviar las sospechas hacia una supuesta inquilina llamada Mari, estrategia que no prosperó ante el peso de las evidencias acumuladas contra ella.