Conducir de noche en Galicia, un peligro mortal en la última década
Conducir de noche en Galicia ya no es solo un reto para muchos, sino un verdadero peligro. Entre 2013 y 2023, la comunidad registró 13.198 accidentes nocturnos, que se cobraron la vida de 500 personas. Estas cifras colocan a Galicia con una tasa de siniestralidad mortal del 3,5%, por encima de la media nacional del 2,2%. A ello se suman factores como el trazado peculiar de sus carreteras y unas condiciones meteorológicas adversas que convierten muchos trayectos en auténticas pesadillas para los conductores.
Galicia cuenta con un entramado de vías mayoritariamente secundarias, muchas de ellas de doble sentido, que serpentean por pequeños municipios y zonas rurales. La falta de iluminación y los trazados estrechos aumentan el riesgo de colisiones y salidas de vía. Además, la lluvia persistente, frecuente incluso en meses de verano, y la niebla, especialmente intensa en tramos como la A-8 a su paso por Lugo –conocida como la Autovía del Cantábrico–, limitan severamente la visibilidad, haciendo que el riesgo se multiplique durante la noche.
Es que, según un estudio de la Fundación Línea Directa, la conducción nocturna es un 55% más letal que la diurna. Proporcionalmente, los accidentes nocturnos generan más fallecidos (1,7% frente al 1,1% de los diurnos) y un 10,5% más de heridos graves (7,4% frente al 6,7%). A nivel nacional, en la última década se produjeron 276.000 accidentes nocturnos con más de 6.500 muertos. En Galicia, la mayoría de los accidentes ocurren en vías urbanas, aunque los registrados en vías interurbanas suelen ser los que acaban cobrándose mayor número de vidas.
Los viernes y sábados son los días negros
Las noches de viernes y sábado son especialmente críticas, y los siniestros más graves suelen producirse entre las 3 y las 5 de la madrugada. Las causas van desde la somnolencia, responsable del 4% de los accidentes nocturnos en Galicia, hasta los deslumbramientos, que afectan al 88% de los conductores. La hipnosis de la carretera –la mecanización de la conducción que ralentiza la reacción– es otro factor que juega en contra.
Los gallegos reclaman soluciones
Ante esta situación, los gallegos reclaman soluciones urgentes: el 77% pide iluminar mejor las carreteras convencionales y un 48% sugiere hacer lo mismo en los pasos de peatones. También surgen propuestas más polémicas, como prohibir la circulación de ciclistas (37%) y peatones (15%) en vías interurbanas en la noche.
El perfil del accidentado es un hombre con relativa experiencia
En Galicia, la víctima típica en accidentes nocturnos es un hombre de mediana edad, de unos 38 años. El informe destaca que la mayor parte de los accidentados cuentan con experiencia, rondando de media los 20 años de carné. Hecho que podría deberse al exceso de confianza.
La comunidad destaca por la antigüedad de su parque de automóviles. De hecho, los turismos implicados en accidentes tienen suelen tener entre 10 y 15 años.
Consejos para evitar sufrir un accidente
Conducir de noche no solo exige más concentración, sino que también implica enfrentarse a riesgos específicos como la falta de visibilidad, la fatiga o los deslumbramientos. Si va a ponerse al volante cuando cae el sol, el informe también aporta algunos consejos prácticos para minimizar peligros y llegar a destino de forma segura.
Asegúrese de que las lunas estén limpias y en buen estado, ya que los arañazos o suciedad pueden agravar los deslumbramientos. Verifique también las luces exteriores: deben estar regladas, sin roturas ni desperfectos. Además, evite que las luces interiores sean demasiado intensas; podrían reducir su capacidad visual en momentos de oscuridad.
Si otro coche le deslumbra, mantenga la calma y no frene bruscamente. Reduzca la velocidad de forma progresiva y desvíe ligeramente la mirada hacia la línea del arcén para recuperar el control. Conducir a una velocidad moderada le ayudará a reaccionar mejor ante estos imprevistos.
Ventile bien el coche, escuche música o charle con los pasajeros para mantenerse despierto. Realice una parada cada dos horas o cada 200 kilómetros, y si viaja acompañado, comparta el volante con otra persona.
Si camina por una carretera convencional de noche, use ropa reflectante o lleva una linterna. Camine por el lado izquierdo.