Expertos dan las claves del repunte de la esperanza de vida: roza los 84 años en Galicia
Después de que la pandemia interrumpiese la progresión al alza de la esperanza de vida, este indicador que es el reflejo de múltiples variables, como los hábitos saludables o la calidad del sistema de bienestar, vuelve a remontar. Según los datos del Instituto Galego de Estatística (Ige), en 2023 la esperanza de vida al nacer se situó en Galicia en 2023 en 83,95 años, el nivel más elevado de toda la serie histórica, que se remonta hasta 1975 echando mano de los registros del Instituto Nacional de Estadística. En 2022, ascendía a 83,22 años.
El profesor de la UVigo y presidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría (SGXX), José María Faílde, señala que los datos "confirman que Galicia se sitúa como una de las regiones con más calidad de vida no solo en España sino a nivel mundial", con una longevidad "más de diez puntos por encima de la media mundial", que la Organización de Nacionales Unidas (Onu) situó en 73,3 años en 2024.
¿Qué países son los más y menos longevos?
A nivel global, Mónaco es el país en el que la población tiene una mayor expectativa de vida, de 86,5 años, para ser más precisos. A continuación, la Onu sitúa a San Marino (85,8). El tercer puesto del podio es para China (85,6). En este ránking, España se posiciona en el décimocuarto puesto. En la otra cara de la moneda están países africanos como Nigeria, con una esperanza de vida de 54,6 años, o Chad, con 55,24.
En el caso de Galicia, el catedrático de Sociología de la UDC Antonio Izquierdo Escribano apunta que la progresión al alza continuará y señala que, detrás de esta evolución están factores como "la mejora de la alimentación o el ejercicio físico".
Las provincias atlánticas, por delante
Del análisis de los datos por provincias se extrae que, en 2023, las atlánticas presentaban unas expectativas ligeramente mejores que las del interior. Así, A Coruña registraba el mejor indicador, con 84,05 años; seguida de Pontevedra (83,93), Ourense (83,66) y Lugo (83,52). Del análisis de la serie histórica se extrae que, si bien es cierto que desde 2011 las expectativas de supervivencia de los lucenses han sido, año tras año, algo más cortas que las de los pontevedreses, no ha sido así en la comparativa con los coruñeses.
En este punto Faílde incide en que las diferencias no son "estadísticamente significativas". Con todo, el experto señala que entre la panoplia de factores que inciden en la longevidad figura "la renta per cápita".
Las mujeres son más longevas, pero la brecha con los hombres se acorta
La radiografía que realiza el Ige también refrenda otro hecho, el que indica que las mujeres viven, de media, más años que los varones. En 2023, ellas registraron un diferencial positivo de 5,97 años. Esto significa que una niña nacida hace dos años tenía una expectativa de llegar a los 86,89 años, una marca que se queda en 80,92 en el caso de un niño. Lo que es cierto es que la brecha se va, poco a poco, estrechando, pues en el año 2000 la diferencia era de 7,31 años en favor de las féminas.
En este punto, el profesor Izquierdo constata que a nivel español y europeo la diferencia entre hombres y mujeres se ha ido acortando en mayor medida. ¿Por qué? "Por el modo competitivo y violento de moverse en el mercado de trabajo de los hombres, una pauta que imita la mujer", señala el experto, que señala que, en este caso, el avance en términos de igualdad ha resultado "perjudicial" para las mujeres, "porque el modo de vida de los hombres es tóxico".
"Las mujeres están imitando el modo competitivo y violento de moverse en el mercado de trabajo de los hombres. Eso va acortando la diferencia de sexos en la esperanza de vida", señala Antonio Izquierdo
A nivel estatal, los últimos datos del Ine sitúan en 5,23 años la diferencia entre las expectativas de ellas (86,34 años) y las de ellos (81,11). La convergencia en Galicia es algo más lenta por la incorporación más tardía de la mujer al mercado de trabajo, entre otras razones.
Al margen de posibles factores genéticos que habría que estudiar, el profesor Faílde apunta a otro condicionante ligado a la muerte prematura: "la mayor exposición al consumo de tabaco y alcohol" por parte de los varones, un factor en el que se ha registrado "una involución", pues desfortunadamente las féminas han aumentado el gusto por estas sustancias.