Los expertos advierten ante la ola de muertes por zambullidas: "Con cabeza sí, de cabeza no"

Un bañista lucense se zambulle en las aguas del rio Miño. SEBAS SENANDE
Varios menores han perdido la vida este verano tras lanzarse desde muelles, puentes o acantilados en Galicia. El jefe de la unidad de lesionados medulares del Chuac, Antonio Rodríguez Sotillo, señala que "la única forma de prevenir es no hacerlo"

Galicia vuelve a estremecerse con una sucesión de tragedias que golpean a familias y pueblos enteros y encienden las alarmas sobre un fenómeno que preocupa a socorristas y médicos: los saltos peligrosos al agua.

El último caso se produjo este jueves en la playa de Aguete, en Marín, donde un menor de 14 años murió tras lanzarse desde el puerto. También el jueves, otro adolescente del mismo municipio perdió la vida en el hospital tras pasar diez días en la UCI: se había arrojado desde un puente sobre el río Lérez, en Pontevedra, a más de 20 metros de altura.

En julio, la tragedia se repitió en Catoira, cuando un menor de 14 años perdió la vida en la laguna de Pedras Miúdas. Y en mayo, un joven vigués de 20 años murió ahogado al tirarse desde un puente medieval sobre el río Verdugo, en Soutomaior. A la lista negra se suma el caso más reciente de un niño de 10 años que continúa grave tras golpearse en el puerto de Malpica.

Los especialistas llevan años advirtiendo del riesgo de estas zambullidas, que en muchos casos acaban en lesiones medulares irreversibles y, cada vez más, en muertes. Antonio Rodríguez Sotillo, jefe de la unidad de lesionados medulares del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), fue contundente en declaraciones para la Radio Galega:

"Los que se tiran de cabeza son los más graves. Este año, las consecuencias han sido peores que una lesión medular, han muerto. Lo cual es peor", aseveró Rodríguez Sotillo.

Tirarse primero de pie y comprobar la profundidad

El médico recuerda que la prevención comienza con un gesto simple: tirarse primero de pie y comprobar la profundidad. "La primera vez que nos tiramos de cabeza nos tenemos que tirar de pie y comprobar que hay tres metros de profundidad. Comprobarlo in situ. Es tan fácil no lesionarse tirándose de cabeza como no hacerlo", subrayó.

La experiencia de más de cuatro décadas en primera línea le lleva a lanzar un mensaje rotundo: "La única forma de prevenir es no hacerlo. Yo creo que los padres deberían concienciar a sus hijos. Debería estar prohibido desde la infancia… con cabeza sí, de cabeza no".

Imprudencias en aumento con un perfil de víctima muy claro

Los socorristas gallegos llevan semanas alertando de un repunte de imprudencias en playas y ríos, y de un aumento preocupante de los casos de ahogamiento entre personas jóvenes. Muchos de los saltos se producen en zonas sin vigilancia, con corrientes imprevisibles o fondos rocosos.

Rodríguez Sotillo recuerda además que estas prácticas tienen un perfil claro. "En mis 44 años de profesión nunca he tenido que atender a ninguna mujer por lesión medular por zambullida. En general las mujeres son más prudentes. La testosterona hace que los hombres hagan muchas tonterías. Habitualmente, el perfil es de varón joven. A partir de los 40 ya es muy excepcional", explicó.

Consecuencias para toda la vida

El especialista insiste en que no se trata solo de muertes, sino de vidas rotas. "Las consecuencias te pueden cambiar la vida absolutamente para siempre, a ti y a tu familia. Pensar que te puedes quedar tetrapléjico por tirarte al agua ya es hacer prevención", apuntó.

La unidad que dirige en A Coruña fue, en los años noventa, una de las que más casos atendía en España. En 1992 llegaron a registrar doce lesiones medulares por zambullidas en un solo año. Hoy, las campañas de concienciación han reducido la cifra, pero el repunte de fallecidos alarma a los profesionales: "Este año no estamos viendo lesionados, estamos viendo muertos. Y eso es aún peor".

Educación y señalización

Expertos y autoridades coinciden en la necesidad de reforzar la prevención, con campañas educativas, señalización de puntos de riesgo y una mayor implicación de las familias. Soutomaior, por ejemplo, ya ha anunciado medidas para advertir del peligro en el puente del Verdugo tras el último accidente mortal.

Mientras tanto, el mensaje de los especialistas es unánime: antes de lanzarse al agua, pensar en las consecuencias. Porque un segundo de imprudencia basta para cambiarlo todo para siempre.