Pilar Rodríguez: "Queremos reclutar a 1.900 centenarios para estudiar sus biomarcadores"

La doctora Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia. EP
"Aprender a dotar de vida los años". Es una de las metas que la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, que preside la lucense Pilar Rodríguez Ledo, persigue al reactivar el Registro Nacional de Centenarios de España (Renace). Bajo su paraguas se recogerán muestras de un 10% de los más de 19.600 españoles que han soplado ya 100 velas para desencriptar los secretos de la longevidad extrema

Hija de un portomarinense y de una chantadesa emigrados a Cataluña, desde la primera línea de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) Pilar Rodríguez Ledo (Barcelona, 1962) impulsa la nueva fase del Registro Nacional de Centenarios de España (Renace), creado hace 14 años. Esta médico de familia, actual subdirectora de Humanización, calidade e atención á cidadanía del área sanitaria lucense y presidenta de la Red española de investigación en covid persistente espera conseguir fondos de una convocatoria del Instituto de Salud Carlos III para proyectos de investigación, cuya resolución se espera tras el verano, y recibir la autorización del comité de ética para "empezar a reclutar pacientes" longevos.

¿Qué conclusiones arrojó la fase piloto del registro de centenarios desplegada en el 2011?
Conseguimos describir un poco cómo eran esas personas: sus características basales, sociodemográficas, clínicas y, sobre todo, qué les hacía diferentes y cómo era su estado de salud. Destacaba que tenían de toda la vida una alimentación como tocaba en épocas pasadas. Nacidos a principios del siglo XX, sus comidas eran más naturales, con alimentos más directos de la huerta. Había muy poquita obesidad, muy por debajo de la prevalencia en grupos próximos de edad. En cuanto a hábitos tóxicos, no había casi ninguno que fumara. Y había pocos casos de diabetes y cáncer, dos de los limitantes más importantes en cuanto a pronóstico de vida. Por otra parte, para su media de edad, tenían un mayor nivel en cuanto a lectura y escritura. Casi todos sabían leer y escribir y lo hacían de forma habitual a pesar de la edad. Eso va muy en consonancia con las zonas azules de longevidad, pues uno de los puntos es tener un propósito vital.

¿Qué objetivos persiguen en esta segunda fase?
Queremos que haya una representatividad mayor de todas las autonomías y pretendemos que con lo aprendido en la fase de pilotaje de 2011 podamos coger las variables clínicas y los determinantes sociales de la salud que encontramos que tenían más relación para estudiarlos en mayor profundidad. También queremos hacer estudios biológicos, realizar una colección de muestras para estudiar biomarcadores ligados a la longevidad extrema.

La alimentación en la infancia es una de las cosas que marcan en cuanto a salud y calidad de vida. Es un determinante muy importante"

¿Cuáles son esos biomarcadores?
Pues, hay que estudiarlos. Conocemos todavía poco sobre estas sustancias. Se sabe que todo lo que es reducir los procesos oxidativos se relaciona con la buena salud y la longevidad. Pero falta mucho por saber respecto al genoma, el exoma y el transcriptoma en la longevidad extrema. Aunque en 2011 tomamos muestras de sangre, saliva, pelo y uñas, nos faltó tener capacidad de análisis sobre estas sustancias, y del genoma y del exoma para ver qué puede hacer a los centenarios diferentes a otros que no alcanzan esa edad. Es la parte importante.

En 2011 fueron unos 70 participantes. ¿Con cuántos centenarios prevén contar ahora?
Entonces, se analizó la información completa de 73 personas de diversas partes de España. Reclutar a centenarios es mucho más difícil que a pacientes diabéticos, con Epoc o con insuficiencia cardiaca porque la mayoría de profesionales no tiene a ninguno en su cupo o tiene uno o dos. Entonces, para reclutar a 73 centenarios fueron necesarios 70 facultativos. Ahora, queremos que la muestra sea del 10% de los 19.600 centenarios que había en 2022, de manera que tendremos que contar con unos 1.800 profesionales para reclutarlos. Lo haremos en tres años y después queremos seguir con el registro abierto para aprender no solo cómo dotar de años a la vida, sino también de vida a los años.

Se trata de dar con las claves para alargar la vida con calidad...
Efectivamente, porque otra de las características que tenían los participantes de 2011 era que demostraron ser personas bastante sanas, que iban poco a los servicios sanitarios y con pocos ingresos hospitalarios, que fueron por cosas que no comprometían la integridad de su vida. En general, cuando empiezan a tener complicaciones es cuando el equilibrio mantenido hasta ese momento se rompe y la duración de su vida se vuelve muy limitada.

¿Hay buena predisposición entre los médicos de cabecera para cooperar?
También van a colaborar internistas, geriatras y personal de enfermería. Creo que a todos nos intriga y nos ilusiona saber cómo podemos aprender de estos supervivientes que han conseguido llegar a los 100 años con una calidad de vida importante, leyendo el periódico, escuchando la radio, viendo la televisión, jugando a las cartas con sus amigos en el bar o sentados en la calle con sus vecinos.

Participarán unos 1.800 profesionales entre médicos de familia, internistas, geriatras y personal de enfermería"

¿Creen que se observarán diferencias significativas entre los centenarios de 2011 y los que lo son ahora?
Está claro que las distintas generaciones se deben a un entorno social determinado. No es lo mismo haber nacido en 1911, seguramente, que en los años 20. Si mantenemos el registro abierto, siguiendo el espíritu de la iniciativa, tampoco será lo mismo cuando les llegue el turno a los nacidos en los años de la guerra civil. Toda época histórica tiene su contexto y sus determinantes sociales. Igual que el consumo que se hace ahora de todos los productos preparados y procesados no se corresponde con lo que ellos comían de jóvenes. La alimentación en la infancia es una de las cosas que marcan en cuanto a salud y calidad de vida. Es un determinante muy importante.

Una vez que obtengan resultados, ¿servirán para intentar, de algún modo, modificar hábitos de vida que puedan resultar tóxicos?
Claro. La educación para la salud es una parte muy importante. Hay que aprender a vivir en salud desde que uno nace. Pero, también hay otras partes como la detección precoz de patologías, esto es, que podamos saber que la existencia de un determinado biomarcador puede hacer que se tenga más riesgo de sufrir alguna enfermedad o intentar controlar los asociados al envejecimiento precoz o al desgaste del organismo. Se trata de encontrar dianas terapéuticas para seguir mejorando la calidad de vida. El estudio de los biomarcadores va más allá de la genética, que es aquello con lo que se nace. Muchos de esos biomarcadores se producen por la influencia del entorno en nuestro organismo, como la manera de alimentarnos o los contaminantes ambientales. 

“Los pacientes de covid persistente están siendo abandonados"

La semana pasada usted y otros representantes de la SEMG se reunieron con la ministra de Sanidad, Mónica García. ¿Lograron salir con algún compromiso atado?
Fue una reunión muy positiva en el sentido de que hubo un ambiente de escucha bilateral y de apunte de tareas para hacer seguimiento en muchos órdenes. Esto es, en Atención Primaria, en la docencia de residentes y tutores y compromisos en cuanto a apoyo a la investigación. Pero, lo importante es hacer el seguimiento y ver cómo se van plasmando. Al final, las palabras se las lleva el viento y hay que ver en qué cambios se traduce lo hablado.

Reclamaron aumentar la inversión en Primaria hasta el 25% del gasto sanitario. ¿España y Galicia están muy lejos?
Desde hace muchos años, la OMS y la OCDE apuntan a la necesidad de que la inversión en Atención Primaria sea de alrededor del 25% y, en general, en la mayoría de las comunidades no se pasa del 14-15%. Entonces, estamos todavía muy lejos. Hay que hacer cosas diferentes y hay que poner en marcha los planes de Atención Primaria, que quedan estupendamente en el papel pero hay que pasarlos a la práctica.

También demandaron apoyo para los enfermos de covid persistentes. Precisamente, esta semana trascendía que se va a cerrar la unidad operativa en el hospital de Ourense.
Lo hemos leído con tristeza, porque los pacientes de covid persistentes son de los abandonados de nuestro sistema. Está claro que nos falta mucho por saber y generar mucho conocimiento. Pero también que tienen muchas necesidades y que debemos atenderlos. No podemos dejar a nadie atrás en esta pandemia. Todo lo que sea cerrar unidades específicas nos da cierta tristeza. Pero, de un modo u otro hay que asegurarles la atención en unas condiciones de equidad respecto al resto. Saber cuáles son sus necesidades e implementarlas en todas las consultas tanto en Atención Primaria como en el hospital, en Medicina Interna, Geriatría o Pediatría. Debemos ser un poco coordinadores de toda esta atención. Tenemos mucho que hacer, pues es importante hacerles un seguimiento adecuado y ver cómo evolucionan intentando controlar sus síntomas y recuperar