Martín y Alba, pioneros de las aldeas modelo: "Se non podes vivir do rural, non quedas"
Con más de 1.900 aldeas que se han quedado vacías en las cuatro provincias, lo que lleva aparejado el abandono de la limpieza de unas fincas que luego se convierten en combustible para los incendios, Galicia testa estrategias. Una de ellas es la creación de las aldeas modelo, enfocadas en la recuperación de tierras agrarias fomentando la actividad económica y la captación de población. El programa busca poner en valor los terrenos que circundan los núcleos con actividad agroganadera, lo que a la postre también sirve para reducir el riesgo de fuegos.
Actualmente, existen 21 aldeas modelo activas, a las que podrían sumarse otras siete que se encuentran en fase de recogida de firmas. En conjunto, suman 9.346 parcelas que suponen un total de 574,19 hectáreas.
Cinco de estos núcleos se ubican en la provincia de Lugo, en los concellos de O Incio, A Pobra do Brollón, Folgoso do Courel, Sober y Quiroga. La apuesta es mayor en Ourense, que cuenta con 14, en tanto que las dos restantes se reparten entre las provincias atlánticas. En territorio lucense, Vilela. en Navia de Suarna, aspira a sumarse a esta figura.
Osmo, en el concello ourensano de Cenlle, que en las últimas semanas tuvo muy cerca algunos de los mayores incendios del verano, fue pionera. Constituida en agosto de 2019, esta aldea modelo avanza con la cría de porco celta, como señala la alcaldesa, Rebeca Sotelo Fernández, que admite que la captación de nuevos vecinos está parada. Para contribuir a reactivarla, la regidora planea proponer a la Xunta impulsar la plantación de árboles autóctonos que frenen la expansión de pinos y eucaliptos, mucho más combustibles.
Osmo, la primera aldea modelo
Martín Touceda (Cuntis, 1981), su pareja, Alba Lombao (Santiago, 1987), y su hijo, Fiz, viven en Osmo, donde han creado una explotación de porcos celtas.
Elaboran embutidos bajo la marca CienporCel, que venden con el sello de Artesanía Alimentaria de Galicia, expedido por la Axencia Galega de Calidade Alimentaria (Agacal).
La pareja se asentó hace nueve años, antes de que se pusiese en marcha la aldea modelo. Se sumaron a los siete vecinos que llevan allí "toda a vida". Luego llegaron otros dos.
Entre las ventajas que Martín percibe figura que las aldeas modelo constituyen "proxectos menos agresivos polo que son ideais para as zonas onde o terreo é máis desigual". Y es que las parcelas no se reestructuran, esto es, no se tocan los marcos. Se arriendan a sus propietarios –que pueden participar de forma voluntaria– a través del Banco de Terras.
El cuntiense señala que la mayoría de vecinos están jubilados y que la convivencia en Osmo "é a normal dunha aldea". "Aquí chegou a haber 240 veciños. A aldea ubícase en pleno corazón do Ribeiro. Vivíase da elaboración do viño, pero co tempo, e a causa de que os terreos non son moi accesibles, o negocio deixou de ser rendible polo que os fillos dos que facían o viño foron marchando", relata Touceda, que lamenta que en la actualidad la situación siga siendo similar. "Se non podes vivir do rural, é raro que quedes a vivir nel".
¿Productos de calidad o productos baratos?
Al comercializar alimentos de calidad, el emprendedor encara la dificultad de competir con marcas más baratas, que ofrecen un producto con una elaboración más precaria.
"O difícil é poder vender produtos de calidade polo prezo que valen e que iso che sexa suficiente para vivir. Por iso a xente non quere emprender no rural e así este está cada vez máis baleiro", constata el ganadero.
Lucha contra los incendios
Los vecinos de esta aldea modelo no fueron ajenos a los incendios que en las últimas semanas afectaron a los concellos de Carballeda de Avia y Leiro. "Levámolo mal porque estaban xusto en fronte", admite Martín que cuenta que, a pesar de que en un primer momento la Xunta acudía a limpiar las zonas de la aldea que no estaban habitadas y en las que no había actividad agrícola, hace cinco años que se ha dejado de hacer.
"O problema está onde non hai actividade agrícola, é dicir, na parte norte da aldea, na que nunca se chegou a iniciar ningún proxecto", expone Touceda, que indica que lo ideal "sería que todo el terreno "estivera traballado".
El emprendedor de Osmo ve irreal la idea de que sean los vecinos del rural los que mantengan limpios los terrenos. "É case imposible que teñamos o perímetro completamente limpo, porque non se dá. Unha persoa de 80 anos non vai poder desbrozar unha finca que ten uso tres veces ao ano. En primeiro lugar, polos custos e, en segundo lugar, porque fisicamente case seguro que tampouco pode", advierte.
Pero este autónomo aporta una sugerencia. "Unha vez escoitei que chegará un punto no que haberá que funcionarizar aos gandeiros para poder ter os terreos limpos", recuerda, para luego proponer "subvencionar" a los ganaderos que no tienen muchos animales y que, por lo tanto, tienen explotaciones que no llegan a ser rentables, aunque su actividad revierte en un servicio "á comunidade ao manteren os terreos limpos e libres de maleza".
"Hoxe en día non podes ser solvente traballando coas vacas senón tes polo menos 200. Nós, por exemplo, se non movemos un mínimo de 150 porcos ao ano tampouco seriamos rendibles", admite, para luego advertir que Galicia necesita "iniciativas e axudas adaptadas aos novos tempos ou ninguén vai poder vivir do campo".