La Xunta encarga un mapa para planificar "con sentidiño" los nuevos vertederos
La Xunta buscará ampliar "con sentidiño e de maneira planificada" el número de vertederos de Galicia después de que la producción de "residuos non perigosos" haya puesto a algunos de los ya existentes cerca del límite al aumentar "case un 70 % nunha década", pasando de las cerca de 1,9 toneladas de 2013 a las alrededor de 3,2 de 2022.
El conselleiro de Presidencia, Xustiza e Deportes, Diego Calvo, anunció que el Ejecutivo gallego destinará 42.000 euros a la elaboración de un plan que determine por zonas qué lugares son aptos para su posible implantación y en cuales no se permitirá su autorización siguiendo criterios como la proximidad de áreas residenciales e industriales, de reservas de agua o de patrimonio cultural.
Tras el Consello da Xunta que dio luz verde a la medida este lunes, la Consellería de Medio Ambiente licitará "este mes" la confección del plan del que saldrá una "ferramenta pioneira a nivel nacional" con la que se pretende "garantir unha xestión e distribución máis eficaz, controlada e axustada ás necesidades reais".
El plazo de ejecución será de trece meses para que la versión definitiva del documento esté lista en 2026, incluida "a información necesaria para iniciar a tramitación ambiental" de los vertederos.
Procedimiento abierto a la participación pública
De esta forma, el plan servirá de guía para delimitar "con claridade" que zonas serán "viables e axeitadas" para albergar en el futuro este tipo de instalaciones, tratando de conseguir una "distribución equitativa e evitar a súa concentración", permitiendo que tengan "un mínimo impacto ambiental, paisaxístico e mesmo na saúde" de los ciudadanos, dijo Calvo.
Además, otro factor geográfico contemplado será el de "reducir a pegada de carbono" derivada del transporte de los residuos hasta el vertedero y autorizando "só aqueles que sexan xustos e precisos para cubrir as necesidades futuras de depósito", explicaron fuentes del Gobierno gallego. Asimismo, la intención es "incorporar as tecnoloxías máis avanzadas dispoñibles" en la gestión de los vertederos y "aplicar prácticas de xestión que redunden nunha mellora da súa eficiencia e reduzan o impacto sobre a contorna".
En todo caso, la Administración gallega se compromete a someter esta zonificación al procedimiento de evaluación ambiental estratégica y abrirlo a la participación pública para que las decisiones "teñan en conta as inquedanzas da cidadanía afectada".
Los considera aún "necesarios"
La Xunta alega que, pese a estar "plenamente comprometida" con los objetivos europeos de gestión de residuos –que fijan como meta para 2035 reducir al 10% los residuos que acaban en este tipo de instalaciones, el denominado vertido técnico 0–, "a eliminación dunha parte dos refugallos" mediante su depósito en vertederos controlados "segue sendo necesaria", ya que ofrece "unha solución final" para aquellos en los que "calquera outra opción", como la reutilización, el reciclaje o la valorización, "resulta inviable".
Recientemente, el Gobierno central anunció a la Xunta su intención de cobrarle el 13% de la posible sanción que la Comisión Europea impondrá a España por incumplir el tratamiento de residuos, al considerar que los datos gallegos están desviando al país de esas metas. Supondría 1,5 millones de euros iniciales y multas semestrales de 1,4 millones.
Señala que, según datos de 2020 y 2021, los desechos separados y preparados para ser reutilizados o reciclados en Galicia apenas son el 22,25% –una tasa solo por encima de la de Melilla y 18 puntos inferior a la media estatal– cuando el objetivo de la Unión Europea es que alcancen el 50%.
La semana pasada, la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, informó de que ha trasladado por carta al secretario de Estado de Medio Ambiente que Galicia está "dentro dos seis primeiros en depósito en entulleira e a novena en reciclaxe". En este sentido, el departamento afirma que, de forma interesada, el Gobierno se queda con un dato concreto para cargar las culpas sobre la Administración gallega.
También contrapuso que, en Galicia, con el modelo de gestión de Nostián –implantado por el Concello de A Coruña y otros ocho de su área metropolitana– la tasa de residuos que van a vertedero, la opción menos recomendable, es del 50%, y en el modelo gestionado por la Mancomunidade da Serra do Barbanza se eleva al 61%, mientras que en el caso de Sogama –coparticipada por Xunta y Naturgy y con 295 con cellos adheridos– se reduce hasta el 22%.