La Xunta se prepara para poder sancionar a los agresores que ataquen a sanitarios
Tras episodios como el registrado en el servicio de urgencias del Chuac, donde a inicios de febrero un enfermero recibió varias puñaladas por parte de un paciente con problemas de índole psiquiátricos, un altercado del que también salió herido un guardia de seguridad, el Ejecutivo gallego mueve ficha con la reforma de la Lei de Saúde de Galicia, que data de 2008.
Ante unos sucesos "especialmente reprobables" y que, por desgracia, constituyen "unha práctica habitual", el presidente, Alfonso Rueda, incidió este lunes en que desde la Xunta "farase todo o posible para atallar ou alomenos disminuir" estos ataques en el Sergas.
Tras el despliegue de nuevas medidas en el área sanitaria de A Coruña-Cee a raíz de la incidencia, el Gobierno autonómico ha acordado iniciar los trámites para revisar la ley con el fin de incorporar "un paquete de medidas para protexer" a los trabajadores de la red del Sergas "fronte a calquera tipo de agresión física ou tamén verbal".
A falta de las aportaciones que se sumen en el proceso de consulta pública previa, la Xunta ya tiene claros algunos cambios necesarios para hacer frente a un tipo de violencia en centros de trabajo que, en muchos casos, no se denuncia.
Entre las novedades figura que las gerencias de las áreas sanitarias podrán presentar de oficio denuncias ante la Fiscalía, "aínda que a vítima non o faga".
La actualización del texto legal también facultará a la Xunta para "sancionar de xeito administrativo" al agresor, aunque, finalmente, los hechos no puedan ser calificables como una infracción penal.
Respaldo psicológico y jurídico
Además, se prevé habilitar a la Asesoría Jurídica de la Administración gallega para que pueda personarse "en todos os procedementos penais incoados por agresións a profesionais sanitarios".
Y ante casos violentos, los profesionales contarán con un servicio de ayuda psicológica que activará el Sergas, en tanto que la Asesoría Jurídica de la Xunta facilitará un servicio de apoyo legal.
Otra pata de la reforma será la creación de un registro de agresiones en el medio sanitario, al tiempo que se promoverán planes de prevención para paliar los riesgos y conocer "en cada centro que medidas que non estean tomadas deben ser adoptadas".
"Xa tomamos medidas de xeito inmediato que xa están en marcha", destacó Rueda, que citó como ejemplo la constitución de un grupo de trabajo que "está analizando e revisando os actuais protocolos". En esta línea, indicó que de abril a septiembre se organizarán 24 cursos formativos para que más de 4.000 trabajadores del Sergas aprendan cómo actuar ante "unha conduta desafiante potencialmente agresiva ou fronte a unha agresión" en su centro de trabajo.
En esta línea, también se van a ampliar los espacios que cuentan con un botón alerta hasta llegar "á totalidade dos centros sanitarios".